ARDE EL SINDICALISMO: LA CGT NO PUEDE EVITAR LAS OLAS DE DESPIDOS Y SE RESQUEBRAJA LA CONDUCCION

(Pablo Roma, Gremiales) – Los líderes sindicales del transporte y la influyente CGT Azul y Blanca, bajo el liderazgo de Luis Barrionuevo, están intensificando sus reuniones para evaluar la situación política y económica, que consideran crítica. En su último encuentro en Parque Norte, unos 40 secretarios gremiales coincidieron en la urgencia de reactivar la lucha contra el modelo implementado por Javier Milei.

Un portavoz sindical reveló a iProfesional que “el paro y la movilización del 24 de enero fueron solo el comienzo de una serie de medidas de fuerza, pero algunos dirigentes parecen no haber entendido el mensaje y se han quedado solo con la muestra de poder de movilización del sindicalismo”.

Se destacó la importancia de las acciones legales que evitaron la implementación de las reformas laborales del DNU, pero se señaló que Milei continúa gobernando a través de decretos, cerrando dependencias estatales y generando despidos, lo que envía una señal a las grandes empresas para que sigan el mismo camino.

Se hizo hincapié en que están aplicando un modelo económico donde se ajustan las jubilaciones y los salarios, intervienen en las paritarias privadas y desfinancian la salud pública, sin enviar los fondos a las obras sociales, que provienen del dinero de los trabajadores.

Estos temas, desde las paritarias libres hasta la necesidad de tener un interlocutor para plantear demandas institucionales, fueron discutidos en un primer encuentro en la Unión Tranviarios Automotor (UTA), liderada por Roberto Fernández, que forma parte de la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (UGATT).

En este encuentro participaron diversos gremios del sector, desde ferroviarios hasta marítimos portuarios, así como miembros de la CGT Azul y Blanca. Aunque esta última no está activa en términos operativos dentro de la CGT, mantiene su independencia política y gremial.

Ambos sectores coinciden en que la CGT ha perdido impulso desde su rol protagónico como contrapeso al gobierno de Milei.

Desde la UGATT y la CGT Azul y Blanca se insistirá en la necesidad de convocar a un paro nacional en la primera quincena de abril. Se critica la pasividad de algunos dirigentes ante los despidos y suspensiones, y se proyecta un cese de actividades por 24 horas sin movilizaciones para demostrar el impacto en la clase trabajadora.

El sector del transporte cuenta con actores clave, como los ferroviarios y los choferes de colectivos, quienes son garantía del éxito de una huelga nacional. Consideran que las movilizaciones anteriores no han movido al gobierno, y creen que ver las calles vacías será un impacto mayor.

Aunque no es un aliado formal, Pablo Moyano, otro miembro de la CGT, sugirió que la situación actual inevitablemente conducirá a un paro nacional en abril o a una gran marcha federal, debido al impacto negativo de las políticas gubernamentales en los trabajadores y la economía del país.

En resumen, los primeros tres meses del gobierno de Milei han sido desastrosos para los trabajadores, jubilados y sectores populares, así como para las pequeñas y medianas empresas.

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