Esteban Bullrich definió “qué es la grieta” en medio de la interna Pro.

El exsenador utilizó las redes para compartir un video con una reflexión sobre la división de la sociedad argentina; “Es un mecanismo que usa y enfatiza las divisiones que existieron siempre como estrategia para ganar poder”, apuntó.

El exsenador Esteban Bullrich volvió a involucrarse en la picante interna de PRO y utilizó las redes para compartir un mensaje. “La grieta es un mecanismo fomentado desde parte de la dirigencia política, que usa y enfatiza las divisiones que existieron siempre en el país como estrategia para ganar poder”, apuntó.

“[La grieta] se basa en el invento malintencionado de creer que aquellos que no piensan como yo, lo hacen por motivos espurios, convirtiéndose en enemigos”, continuó Bullrich, quien explicó: “El uso respectivo de esta estrategia fue penetrando en la sociedad hasta llegar al seno de ella: la familia. Tanto así, que en muchas de ellas se hizo imposible hablar de política, en muchos casos llegando a dejar de hablarse del todo”.

Sin nombrar a la titular de PRO, Patricia Bullrich, quien públicamente criticó a Horacio Rodríguez Larreta por un “discurso antigrieta”, el exsenador profundizó sus diferencias con la dirigencia en esta reflexión. Y es que según el exparlamentario, la Argentina “era tierra fértil para que prendiera esta semilla de división”“Tenemos la vieja y cuestionable costumbre de denominar a un grupo político por su líder; así tuvimos a yrigoyenistas y alvearistas; peronistas y antiperonistas; y, más actual, alfonsiniestas, menemistas, kirchneristas, macristas y cristinistas”, dijo.

Y siguió: “Esto facilitó el trabajo de los excavadores porque permite trasladar todas las características negativas del líder a los miembros de su grupo (…). Esto llevó a que fuera imposible llegar a acuerdos políticos”.

Bullrich aseguró que “cualquiera que fuera atrapado negociando con el enemigo es un traidor”. “Ni hablar de si en esa negociación había cedido un centímetro para llegar a un acuerdo. Entonces: Siberia o muerte”, indicó.

La titular del Pro, Patricia Bullrich; y el exsenador de Juntos por el Cambio, Esteban Bullrich
La titular del Pro, Patricia Bullrich; y el exsenador de Juntos por el Cambio, Esteban BullrichArchivo

“No me entra en la cabeza cómo nos creímos la mentira de que solamente hay que conversar con los propios y que las personas son tan importantes. Lo importante hacia dónde quiere ir a la gente”, enfatizó, y subrayó: “Se tiene que dialogar siempre, dentro de la Constitución y con transparencia. No podemos seguir así”.

El dirigente político que integró el equipo fundacional del Pro consideró que el armado y proyección de “políticas de largo plazo, esenciales para la estabilidad y desarrollo, demandan grandes acuerdos”. “Son el único camino para salir del estancamiento y la pobreza. Esos acuerdos necesitan de una actitud amplia y generosa, de sentarse en la mesa de negociación pensando qué voy a entregar para llegar a un acuerdo que beneficie a la gente, y no qué me voy a llevar de esa mesa”, consideró.

No tenemos que llevarnos bien con todos, ni entregar nuestros valores, pero la grieta no es moralLa grieta no es moral, la encargada de dividir entre decentes y corruptos es la Justicia, que debe ser implacable con quienes violan la ley”, evaluó Bullrich, y concluyó: “En todas las agrupaciones políticas hay gente decente y con actitud constructiva, no sigamos cayendo en la trampa de la grieta. No sigamos con el insulto o la chicana barata. Debemos darle un mejor ejemplo a nuestra Argentina. No podemos seguir así. Cambiemos”.

Antecedente

La última semana, el exsenador que fue diagnosticado con ELA cuestionó a Patricia Bullrich por rechazar el discurso antigrieta y señalar que no hay lugar “para respuestas tibias”, en medio de las tensiones en la oposición. A través de Twitter, el exlegislador abogó por la importancia del “diálogo” para superar los problemas que tiene el país.

“Querida, Patricia Bullrich. No confundamos. Construir un país con los 45 millones de argentinos se hace dialogando”, afirmó el exsenador. Y agregó: “Hace falta más coraje para conversar con el que piensa diferente que para insultarlo. Ya probamos la pelea y no dio resultado. No caigamos en la trampa, cambiemos”.

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