Será el cuarto mandatario en pisar suelo antártico cuando arribe a la base Marambio, en lo que es considerada una visita de carácter histórica en la que se destacará el “valor del aporte científico y ambiental” en el continente blanco.
El presidente Alberto Fernández arribó este martes a Ushuaia, donde este miércoles inaugurará una sede de la Universidad de Tierra del Fuego, y luego partirá a la Base Marambio en la Antártida, en lo que constituirá la cuarta visita de un jefe de Estado al continente blanco y tiene el objetivo soberano de reafirmar el carácter “bicontinental” de la Argentina.
La visita del Presidente se concretará en el marco del Día de la Antártida Argentina, que se conmemora el 22 de febrero.
El avión que trasladaba a la comitiva aterrizó a las 20.20 de este martes, informaron fuentes oficiales, y fue escoltado por aviones Pampa de la Fuerza Aérea en su descenso en el Aeropuerto Internacional de Ushuaia Malvinas Argentinas.

“En vuelo a Ushuaia fuimos escoltados por dos aviones Pampa III como muestra de reconocimiento y respeto institucional, dispuestos por el jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aerea Argentina, brigadier general Xavier Julián Isaac”, escribió el presidente Fernández en su cuenta de Twitter, y completó con el hashtag “#DemocraciaParaSiempre”.
Fernández está acompañado por el canciller Santiago Cafiero, los ministros de Defensa, Jorge Taiana; de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; y de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona; y la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti.
Los horarios de las actividades en Ushuaia y la Antártida no están definidos aún ya que dependerán del clima en la zona, por lo que hasta podría darse primero el acto en el continente blanco y luego en la capital de Tierra del Fuego, informaron hoy fuentes de Presidencia.
Horas antes, Cafiero dijo en declaraciones que “la visita del Presidente a la Antártida Argentina ha puesto en valor el carácter de pionera que tiene la República Argentina en el continente antártico”, pero “además expresa con su presencia el objetivo de la Argentina de constituirse en la vanguardia antártica”.

El canciller explicó que desde todas las áreas del Gobierno nacional se trabaja para “ser la vanguardia científica, haciendo de la Argentina el país con más y mejor ciencia antártica”.
“Queremos también estar en la vanguardia en materia de cooperación internacional, poniendo a disposición nuestro conocimiento desarrollado a lo largo de casi 120 años y a nuestra logística antártica y, también, en la preservación del ambiente antártico y en el compromiso en la lucha contra el cambio climático”, sostuvo el funcionario.
Cafiero, asimismo, señaló que el objetivo es que Argentina “sea modelo en el mundo de compromiso con la paz, la ciencia y la preservación del ambiente antártico.
“Esta es la mejor forma de reafirmar nuestra soberanía sobre el sector antártico argentino”, completó el canciller.

Los horarios de las actividades en Ushuaia y la Antártida no están definidos aún ya que dependerán del clima en la zona, por lo que hasta podría darse primero el acto en el continente blanco y luego en la capital de Tierra del Fuego, informaron hoy a esta agencia fuentes de Presidencia.
El 22 de febrero se recuerda la inauguración, en 1904, del Observatorio Meteorológico en la Isla Laurie, Orcadas del Sur, que luego sería la Base Orcadas, un hito histórico que marcó el inicio de la permanencia ininterrumpida de la Argentina en la Antártida.
La Base Marambio, dependiente del Comando Conjunto Antártico, es la principal puerta de entrada de la logística argentina en la Antártida, y desde 1947 se despliega desde allí el mayor número de campamentos científicos durante la Campaña Antártica de Verano.
Es la principal base científico militar permanente de Argentina y una de las principales de toda la Antártida, y está ubicada sobre el mar de Weddell, a 3.304 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.
El expresidente Juan Domingo Perón, a través del decreto 17.040 del 9 de junio de 1948, creó la División Antártida y Malvinas, bajo la dependencia de la Cancillería argentina, con la función de entender en todo lo “relacionado con la defensa de los derechos jurídicos argentinos sobre la Antártida Argentina, Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur”.

El 12 de febrero de 1951, Perón y Evita despidieron el buque con la primera expedición científica hacia la Antártida continental argentina.
En la actualidad, el Programa Antártico Argentino posee como actores centrales a la Cancillería y al Ministerio de Defensa.
De Cancillería depende la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, y de ella la Dirección Nacional del Antártico/Instituto Antártico Argentino (DNA/IAA) y la Dirección Nacional de Política Exterior Antártica.
En tanto, del Ministerio de Defensa depende el Comando Conjunto Antártico (Cocoantar), la logística antártica que llevan adelante integrantes de las Fuerzas Armadas.
La actividad oficial en la Base Marambio y en Ushuaia también servirá para repasar todas las acciones desarrolladas por el Gobierno Nacional para afianzar los derechos argentinos de soberanía en la Antártida.
Entre ellas, se destaca la conformación del Centro Interinstitucional en Temas Estratégicos Antárticos y Subantárticos (Citeas), en la ciudad austral, que agrupa diversos organismos estatales y de ciencia y técnica.
Cuenta con la presencia del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), el IAA, la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Untdf), la Universidad Tecnológica Nacional-Facultad Regional Tierra del Fuego (UTN-Frtdf), el Instituto de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), la Administración de Parques Nacionales (APN), el Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y la Municipalidad de la Ciudad de Ushuaia.
El objetivo del Citeas es la generación de conocimientos básicos y aplicados en temas estratégicos de la región antártica y subantártica, aportando información científica para la toma de decisiones de políticas públicas, el desarrollo de tecnologías para el manejo de los recursos naturales y servicios, y el resguardo de su patrimonio cultural y natural.

A su vez, otra acción clave fue la creación de la subsede de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería en Ushuaia, para optimizar las funciones y los servicios que cumple el Estado argentino en relación con la soberanía sobre Malvinas, Antártida y el Atlántico Sur.
La subsede ya lleva un año funcionando y profundizando la presencia estratégica de la Argentina en el continente antártico.
La ciencia antártica argentina constituye el “eje central de la política Antártica Nacional y, fuertemente vinculada a los intereses estratégicos nacionales en el Atlántico Sur, consolida la presencia soberana del país en la Antártida”, indicaron fuentes oficiales.
El Instituto Antártico Argentino -el primero de estas características a nivel internacional, creado en 1951 y bajo la órbita de la DNA de la Cancillería- planifica, coordina, ejecuta y controla los más de 50 proyectos científicos del país en la Antártida, en las áreas más variadas de la ciencia, desde investigaciones acerca de la biodiversidad, la presencia de microplásticos, la geología, el clima o la paleontología hasta en ciencias sociales.
ARGENTINA TIENE LA PRESENCIA PERMANENTE E INTERRUMPIDA MÁS ANTIGUA EN LA ANTÁRTIDA
Argentina tiene la presencia permanente e ininterrumpida más antigua en la Antártida a raíz de la inauguración, el 22 de febrero de 1904, de la primera estación científica y observatorio meteorológico en las Islas Orcadas del Sur (Base Orcadas), merced a una política de Estado a largo plazo.Por eso el país reivindica soberanía sobre el denominado “Sector Antártico Argentino”, definido por los meridianos 25º y 74ºde longitud Oeste, entre el paralelo 60º Sur y el Polo Sur, que forma parte del territorio de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Ley 23.775) y está sujeto al Tratado Antártico.”Este instrumento internacional fue firmado en 1959 por doce países (incluida la Argentina) y permitió reservar el continente para la paz, la ciencia y la cooperación internacional; asimismo, ofreció un marco para regular la actividad en la Antártida y, en virtud de su Artículo IV, estableció una fórmula de salvaguardia para los reclamos de soberanía, que incluye el de la Argentina”, explicaron fuentes de la Cancillería. Argentina “fundamenta su reclamo de soberanía sobre este sector en virtud de la contigüidad geográfica y geológica con el territorio sudamericano, la instalación y ocupación permanente de bases antárticas, el desarrollo de actividad científica por más de un siglo y la herencia histórica de España, entre otros elementos”, indicaron fuentes del Palacio San Martín.Existen seis países que presentaron reclamos territoriales específicos en la Antártida al momento de firmarse el Tratado Antártico además de Argentina: Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelandia y Reino Unido.Otros dos países, Estados Unidos y la entonces Unión Soviética (hoy Rusia), se reservaron el derecho a efectuar reclamos territoriales en el futuro.De acuerdo a información proporcionada por la Cancillería, Argentina administra 13 bases en la Antártida, de las cuales siete son permanentes (operativas todo el año) y el resto, temporarias (operativas sólo en verano).De ellas, dos son administradas por la Cancillería: Base Carlini (permanente) y Base Brown (temporaria).Las otras bases son administradas por el Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) del Ministerio de Defensa: Base Orcadas, Base Marambio, Base Esperanza, Base San Martín, Base Belgrano II y Petrel(permanentes); y las bases temporarias Melchor, Decepción, Cámara, Primavera y Matienzo (temporarias).En todas estas bases argentinas, la ciencia antártica depende del Instituto Antártico Argentino (IAA), organismo de la Cancillería.Existen adicionalmente unas 32 bases de otros 18 países que también se encuentran en el Sector Antártico Argentino; no todos los países del Tratado tienen bases en la Antártida.