(Pablo Roma, Congreso de la Nación) – Martín Menem, tras su elección como presidente de la Cámara de Diputados, solicitó apoyo a las fuerzas celestiales para afrontar su gestión. En su discurso inaugural, resaltó la necesidad de reducir gastos y enfatizó que “la democracia sin el bienestar de los ciudadanos es una cáscara vacía”.
Al iniciar su mandato como presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem ofreció su primer discurso, expresando su agradecimiento por la distinción otorgada por lo que denominó “los legítimos representantes del pueblo argentino”.
Durante sus palabras, recordó a sus padres, Eduardo y Susana, así como a sus hermanos Tato y Adrián, destacando la importancia de los valores que le inculcaron, como la lealtad, el valor de la palabra, la solidaridad y la humildad, fundamentales para contribuir a una sociedad más justa.
Asimismo, mencionó a sus hijos Lola y Juan, quienes, a pesar de las ausencias durante su corta trayectoria política de dos años, le han brindado su apoyo.
Agradeció a quienes lo acompañaron en su camino hasta alcanzar este puesto, haciendo especial mención a dos figuras clave en su carrera: Lule Menem y Karina Milei.
El nuevo presidente de la Cámara no olvidó reconocer a La Rioja, su provincia, y resaltó su compromiso con la libertad, mencionando su apoyo al presidente Javier Milei desde el inicio.
En su discurso, prometió tratar a todos los diputados con igualdad y sin distinción partidaria, haciendo hincapié en la ecuanimidad y la imparcialidad en su gestión. Subrayó la importancia de respetar los principios democráticos y trabajar en la superación de la difícil situación económica actual, abogando por la sanción de leyes necesarias para introducir reformas.
Menem expresó su convicción de trabajar para mejorar la imagen de la política y dinamizar su funcionamiento, anticipando la promoción de una reforma del reglamento de la Cámara, instando a la participación de todas las bancadas en esta tarea.
Además, enfatizó la necesidad de reducir los gastos de la Cámara, haciendo eco del mensaje “No hay plata” del presidente electo.
Concluyó su discurso parafraseando a Nelson Mandela, aludiendo que “la democracia sin el bienestar de los ciudadanos es una cáscara vacía”, solicitando ayuda para cumplir con el mandato otorgado por los ciudadanos y bendiciones divinas para las acciones venideras en beneficio de la patria.