(Corresponsalía Buenos Aires) – El presidente argentino sufrió una insólita interrupción mientras disertaba en el BID y lanzó una teoría conspirativa sobre supuestos saboteadores.
Javier Milei protagonizó un incómodo episodio durante su exposición en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuando su propio teléfono interrumpió la disertación con insistentes llamadas entrantes. Lejos de admitir el descuido técnico, el mandatario argentino lo atribuyó a una maniobra deliberada para sabotear su discurso y vinculó el hecho con su teoría de los “tosedores”, evocando el debate presidencial contra Sergio Massa.
“Siempre hay un imbécil malnacido haciendo esto para interrumpir”, lanzó Milei ante un auditorio extranjero que aplaudía y reía sin comprender del todo la situación. Luego, bautizó a los presuntos saboteadores como “cabezas de pulpo”, argumentando que “tienen la cabeza llena de excremento”.
El mandatario transmitía su discurso en vivo por Instagram, y el equipo de comunicación presidencial no previó el impacto de las llamadas entrantes en el sonido. Sin embargo, en lugar de reconocer el error, Milei insistió en que se trataba de una interferencia intencional para silenciarlo.
“A esos simpáticos que están tratando de molestar la conferencia, ya tuve tosedores en un debate, así que de Argentina se puede esperar cualquier cosa”, expresó con visible enojo.
El episodio, que generó perplejidad entre los asistentes, se sumó a una serie de recientes declaraciones en las que Milei ha denunciado supuestas conspiraciones en su contra, incluidas interferencias en el sonido de entrevistas.
Tras el evento en el BID, el Presidente mantuvo una reunión protocolar con Ajay Banga, titular del Banco Mundial, y se dirigió a su hotel en Maryland para ajustar los detalles de su esperada cumbre con Donald Trump, prevista para la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC).