(Corresponsalía Buenos Aires) – El calendario electoral 2025 arrancó con señales potentes desde el interior del país. Salta, Jujuy, Chaco y San Luis celebraron elecciones legislativas provinciales y dejaron una postal política con varias claves para analizar. En términos generales, los oficialismos provinciales se impusieron con comodidad, mientras que el peronismo volvió a retroceder a niveles históricos y La Libertad Avanza mostró crecimiento, pero con limitaciones notorias.
Ganaron los oficialismos
Uno de los datos más consistentes de la jornada fue la consolidación de los gobiernos provinciales en el poder legislativo. En Salta, el gobernador Gustavo Sáenz se alzó con una amplia mayoría en ambas cámaras, reflejo de una maquinaria territorial que sigue vigente. En Jujuy, Adriano Morone lideró el frente oficialista Jujuy Crece y se impuso con el 38,54% de los votos. Claudio Poggi también logró revalidar su gestión en San Luis, con el 47,25%, mientras que en Chaco, el radical Leandro Zdero se impuso con una alianza que incluyó a La Libertad Avanza.
En todos los casos, el mensaje fue claro: la continuidad y el control territorial pesan más que los discursos nacionales. En medio de una oposición fragmentada y con escasa articulación, los oficialismos capitalizaron estructuras sólidas y revalidaron liderazgos locales. La gran incógnita es si esa lógica se puede extrapolar al escenario nacional.
La Libertad Avanza: avance con límites
El fenómeno libertario sigue marcando presencia, pero con contrastes. El partido de Javier Milei consiguió resultados significativos en ciertos enclaves urbanos, como la capital salteña, donde fue la fuerza más votada. En Jujuy quedó segundo con el 20,58% y en Chaco participó como parte del frente ganador junto a la UCR.
Sin embargo, los libertarios mostraron debilidades estructurales: en San Luis se presentaron divididos en dos listas que no alcanzaron los 10 puntos cada una. La fragmentación interna y la dependencia de alianzas locales evidencian una fuerza en crecimiento pero aún sin musculatura suficiente para imponerse por sí sola a nivel nacional. Karina Milei continúa siendo la arquitecta principal, pero su liderazgo enfrenta tensiones internas y falta de cohesión territorial.
El peronismo, en su peor momento
Lo del PJ fue una debacle. Derrotado en las cuatro provincias, no solo perdió poder sino que mostró una desconexión alarmante con los votantes. En Chaco, Jorge Capitanich fue superado por la alianza radical-libertaria. En Salta y Jujuy quedó relegado al tercer y cuarto lugar, y en San Luis, el tradicional bastión de los Rodríguez Saá, sufrió una caída estrepitosa.
La crisis del peronismo se traduce en varios planos: fragmentación interna, falta de renovación dirigencial y pérdida de narrativa. Ya no parece ser el vehículo natural del malestar social ni del voto opositor. Lo que antes era un movimiento con vocación de mayoría, hoy parece un espacio atrapado en su propio laberinto.
Internas y ausentismo: luces amarillas para todos
Otro fenómeno alarmante fue el bajo nivel de participación electoral. En Chaco votó apenas el 52% del padrón, 14 puntos menos que en 2021. San Luis tuvo una merma de 12,5 puntos; Jujuy, 5,5; y Salta, 5. El politólogo Pablo Salinas advirtió: “El desinterés ciudadano empieza a ser un patrón común más allá de lo local”.
La Libertad Avanza también deberá prestar atención a sus tensiones internas. En San Luis, la falta de unidad los dejó fuera del mapa. La ausencia de una conducción política clara —Javier Milei se niega a ejercerla— podría socavar su crecimiento en un año clave.
Conclusión
El superdomingo dejó varias certezas: los oficialismos provinciales están firmes, el peronismo atraviesa una crisis profunda y los libertarios aún dependen del viento a favor del clima nacional y de las alianzas territoriales. Mientras tanto, el ausentismo crece y marca una distancia preocupante entre la ciudadanía y la política.
Las provincias ya hablaron. Ahora, la mirada está puesta en cómo responderán los actores nacionales ante estos mensajes. ¿Aprenderán de lo ocurrido? ¿O volverán a tropezar con las mismas piedras?