OPINION: LA TEORIA SOBRE LA DEUDA ARGENTINA Y EL FINAL DEL ACUERDO (LIC. PABLO RUTIGLIANO – PRESIDENTE Y FUNDADOR DEL MERCADO DE LA CÁMARA LATINOAMERICANA DEL LITIO)

Cuando hablamos de las ventajas potenciales que presentan las cláusulas de acción colectiva (CACs) para facilitar la reestructuración de las deudas han sido reconocidas por mucho tiempo y han sido estándares de los bonos emitidos bajo la ley inglesa desde el siglo XIX.

Cuando tratamos la acción colectiva esta permite especificar por cada contrato una gran mayoría de acreedores que aceptan las condiciones de pago que son vinculantes para todos, incluso para aquellos que votaron en contra. 
Como venimos observando desde hace 26 años la convención del mercado en Wall Street, no para incluir cláusulas de acción colectiva, con el fin de lograr futuras restructuraciones integrales de deudas con los acuerdos por unanimidad sobre los tenedores de esos bonos. 
Un acuerdo unánime significa que la reestructuración de la deuda es potencialmente retenida como hostigador para las acciones de los acreedores locales y críticos que esperan recibir mejores términos en las siguientes ofertas.
 Esto puede demorar la reestructuración de las ofertas para obtener el beneficio de la mayoría de los acreedores y el endeudamiento y además puede dejar al deudor-(Argentina)- totalmente vulnerable a las diferentes opiniones del público en general. 
En respuesta a estas inquietudes, el primer convenio para cambiar la convención del mercado de Wall Street, fueron incluir las cláusulas de acción colectiva en función de la crisis mexicana en los años 1994/1995. 
El segundo CACs cláusula de acción colectiva oficial fue en el año 2002 con las crisis de Turquía, Brasil y también la Argentina. 
Al terminar con la explicación de cómo se crearon las cláusulas CACs, vamos a comenzar a describir el comportamiento y su finalidad en la restructuración actual para la Argentina. 
En primer lugar, debemos examinar el rango potencial de los contratos y cuales se podrán incluir al enlace soberano y en Segundo lugar , debemos incluir los niveles del nuevo mercado, del cual tendrá que superar el umbral de votación mayoritario del 75% para los cambios que impactan en las ecuaciones financieras de cada uno de los Bonos que se pretenden reestructurar. 
En febrero del año 2003, México tomó una decisión de política para incluir cláusulas de acción colectiva en sus bonos soberanos emitidos bajo ley de los Estados Unidos. Esos bonos emitidos por México siguieron de cerca las cláusulas del modelo CACs, incluido sobre el umbral del 75%. 
Pero algunos problemas posteriores de otros países –Brasil, Belice, Guatemala y Venezuela– optaron por umbrales más altos, en el orden del 85% lo cual impacta en el 100% por unanimidad de los acreedores. 
Es por eso, que en contribución a este documento de trabajo utilizaremos el modelo teórico de examen financiero sobre cada clausula CACs. 
Para lograr comprender el CACs actual debemos realizar las siguientes preguntas: ¿Cuál será el factor que determine la elección de ese porcentaje de votación para mejorar el umbral? ¿Hay alguna razón válida con diferentes emisores que desee establecer umbrales diferentes, pero específicos para cada título soberano de la deuda argentina? 
Nuestro informe, aconseja, a los deudores que se encuentran en la etapa de la negociación de la DEUDA, incluir algunas fórmulas y teorías matemáticas aplicadas al equilibrio en esa función de contener el umbral exitoso. 
Por lo cual la reducción de ese porcentaje perteneciente al umbral que surgen de esos CACs, debe proporciona e incluir un seguro de garantías para lograr la reestructuración de la deuda, que a su vez deben estar reflejados implícitamente en el comportamiento de la OFERTA, que es consecuencia de la variación de los intereses proyectados sobre el riesgo del incumplimiento futuro. 
Los deudores neutrales al riesgo prefieren umbrales altos, debido al costo de olvidar algunos conceptos sobre la tasa de referencia y su Valor presente, del cual se encuentra atado al crecimiento del país. 
Los deudores adversos al riesgo pueden preferir los CACs más bajos, para los niveles de conversión de riesgo más bajo, en esos umbrales el deudor merece más crédito y es muy probable una futura emisión de Bonos con umbrales CACs más altos. 
En otras palabras, los diferentes umbrales de riesgos surgen de la solvencia crediticia del país. Por otra parte, también se aplicar ambas condiciones de liquidez y reestructurar la deuda después de la una crisis = DEFAULT . 
Es por eso, que la liquidez aumenta las perspectivas de solvencia y las tasas de recuperación esperadas por los acreedores afectaran la decisión la reestructuración de la deuda. 
Estas interacciones significan que la mayoría de las crisis-default se encuentran en la “zona gris” entre pureza líquida y pureza de solvencia. 
Estos dos modelos de zonas grises, que permite el comportamiento de interacciones entre la liquidez a corto plazo y la reestructuración de deuda tras una crisis de solvencia. 
El marco de trabajo permite explorar la interacción entre la liquidez y los crisoles de solvencia. Para la claridad del análisis, la insolvencia está determinada por la sostenibilidad al pago y, por lo tanto, también sería aplicable a la crisis financiera actual, sin embargo, esto deja de lado la restricción soberana adicional de la voluntad de pagar (eaton and gersovitz 1981). 
Pero esta capa adicional de incertidumbre solo refuerza la complejidad de las “zonas grises”. Tener en cuenta estas interacciones es importante cuando se está evaluando el diseño y el potencial beneficio de las medidas de resolución sobre la crisis de los CACs. 
En función a los diferentes aspectos, se debe presentar las zonas grises elevadas, se debe discutir la determinación de los intereses y su modo, se debe seleccionar el umbral óptimo del CACs y por últimos el impacto político sobre el tratamiento. 
Este es un modelo donde se desea financiar un proyecto de riesgo relacionado con la cláusulas colectivas, estas cláusulas estipulan que una proporción (K) o más de los acreedores votan para cambiar los términos financieros del contrato que unen al resto. 
El umbral de acción selectiva del umbral de deudas (K) de un conjunto de umbrales [K, K], donde K, por ejemplo, podría ser 75% y K 80%. 
Una serie continua de pequeños acreedores neutrales de riesgo compran el bono, y cada acreedor tiene un costo legal> 0, que es el costo que este acreedor enfrentará si los acreedores eligen colectivamente una reestructuración de la oferta del deudor, en fin, capturar esta utilidad derivada de los costos para debatir y prolongar el proceso de negociación. 
La función de distribución de probabilidad de los costos legales entre los acreedores es un conocimiento común, Los bonos de corto plazo, los acreedores se enfrentan a la elección de los fondos del Tesoro en una etapa intermedia y pueden decidir no otorgar fondos a su financiamiento al último período del juego. 
El proyecto depende de la recuperación sobre la realización de un elemento fundamental ϴ, suponemos que la distribución ex-ante de ϴ es uniforme [0, b]. Antes de que los acreedores tengan la decisión tomada, se recibirá una señal sobre los fundamentos (xi =θ +(Si)) donde sea i.i.d. (Variables Aleatorias) con una distribución uniforme sobre el intervalo [−ε, ε]. 
Sobre esta explicación los acreedores antes de cerrar deben recibir un pago fijo para que en terminar de (1+r) pueda lograr el éxito. 
Si el modelo falla, el proceso de reestructuración sigue de la misma forma, sin dejar ninguna evidencia de lo anterior expresado, el deudor debe proyectar el endeudamiento bajo las condiciones contractuales de los bonos a restructurar y su flujo de fondos, por lo cual el voto de los acreedores es rechazar la oferta. 
En el caso si (K) o más acreedores votan para aceptar la oferta, todo se adelantaría al proceso de reestructuración, de lo contrario, los acreedores deben compartir proporcionalmente el proyecto residual que devuelve el costo legal de la reestructuración, esto significa que el juego sigue, donde el deudor elige un umbral de CACs (K) ∈ [K, K] para insertar en el contrato el riesgo de insolvencia de los Bonos a reestructurar. 
En este caso el deudor debe ofrecer a los acreedores, un riesgo compartido donde el stock de la deuda debe ser equilibrando el riesgo, que además los acreedores observan la función (xi= θ + (Si)) y es en este momento donde el umbral puede confirmar la aceptación de la OFERTA. 
Esta última interpretación le devuelve a la reestructuración que se da por θ – f, donde f es el daño de peso muerto al proyecto desde la liquidación inicial. 
Es decir, si θ – f – f ≥ (1− f) (1 + r) el deudor paga al acreedor y cumple con sus obligaciones, la reestructuración es exitosa. De lo contrario, el proyecto falla, el deudor falla y se introduce la fase de reestructuración que a continuación desarrollamos. 
El deudor hace un esfuerzo para mejor la oferta en (1− f) (1 + r) y esto significa que se acepta la oferta y se termina reestructurando del cual los acreedores reciben un pago según la oferta presentado por los acreedores, pero el pago final es la otra etapa del plateo sobre la reestructuración, del cual los subgrupos de votaciones de la zona. 
En este caso el deudor hace una solicitud para que los acreedores informen a la SEC el pago de esos bonos reestructurados, donde los acreedores en esa proporción que no acepto ni tampoco firmo el convenio, deciden en ese momento si es rechazada la oferta. 
Debido a que el bono tiene cláusulas de acción colectiva, el deudor ofrecerá a cualquier acreedor ausente por un periodo prolongado la incidencia de aceptar esos créditos de mayor o menor. 
Si menos (K) acreedores aceptan la oferta, los reclamos se tramitan a través de las cortes y el deudor permanece en incumplimiento. En este evento, cada acreedor eventualmente recibirá una participación proporcional de la devolución total de esos Bonos y registrados en la SEC. 
A partir de este último evento, se une una gran extensión, suficiente para el acreedor marginal (1-κ) -crédito que vota una reestructuración para aceptar la oferta y terminar con el DEFAULT. En este caso, el CACs se asegura de que la reestructuración no se pierda y los recursos no se gasten en litigios, se buscan a los tenedores de bonos en el exterior y cumple con la acción colectiva. 
En esta última explicación sobre el fundamento de la no aceptación y complicación sobre la reestructuración de la deuda, es que nunca se cumplió correctamente con la estrategia de llegar a un acuerdo concreto con los acreedores, teniendo en cuenta que lo importante es entender que la cláusulas de acciones colectivas son muy importantes para obtener una reestructuración exitosa , esto no paso, por lo cual pueden suceder dos cosas en función a las presentaciones de ofertas y documentos que presento el gobierno 
A: que el plazo de reestructuración se extienda hasta finales de Octubre/20 con una pésima negociación, donde Argentina termina con un VPN de los Bonos en USD 55 y con el 10% de salida del yield, como quieren los acreedores y B: que no se logre el acuerdo con los acreedores. 
En este modelo, mi conclusión final: El camino que se tomo no es el adecuado, por una simple razón, los bonos tienen cláusulas CACs , donde el porcentaje de mayoría es sumamente importante para lograr el ÉXITO.

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