(Corresponsalía en Buenos Aires) – Diego Santilli sorprendió durante el cierre de listas al sumar a varios intendentes que estaban respaldando a Patricia Bullrich, logrando así un armado mucho más sólido de lo esperado en la Provincia de Buenos Aires.
Uno de los golpes más fuertes que dio Santilli fue en el radicalismo bonaerense alineado con Maximiliano Abad, candidato a senador nacional en la boleta de Bullrich. A lo largo del sábado, numerosos intendentes de la Unión Cívica Radical (UCR) se acercaron a Santilli, buscando sumarse a su lista. Estos llamados fueron motivados por los desafíos internos planteados por el bullrichismo en sus comunas, los cuales no se resolvieron a pesar del acuerdo entre Abad y la ex ministra de Seguridad.
La conducción del Foro de Intendentes UCR, presidido por el vice de Grindetti, Miguel Fernández, comenzó a desactivar algunas listas que desafiaban a los alcaldes radicales. Un caso destacado fue el de Arrecifes, donde el intendente Javier Olaeta presionó para bajar la lista apadrinada por el ritondismo y liderada por el concejal Fernando Bouvier. Sin embargo, a pocas horas del cierre, se reveló que Olaeta había cerrado con Santilli, lo que reactivó la presentación de la lista de Bouvier.
Otro pase de último momento al larretismo fue el del intendente de Chacabuco, Víctor Aiola, quien será candidato a diputado provincial. Aiola era uno de los pocos intendentes que se mostraron alineados a Facundo Manes, pero reorientó su estrategia hacia Santilli después de que Manes decidiera no competir. Para la intendencia, Aiola impulsa a Alejo Pérez, quien competirá con el candidato bullrichista Fabio Di Palma.
También se sumó el intendente radical más importante del interior bonaerense, Miguel Lunghi de Tandil, quien no perdonó a Bullrich por respaldar a su principal rival interno, el radical Marcos Nicolini.
En total, Santilli forzó sumar a más de veinte intendentes, lo que representa un importante quiebre en el radicalismo y fortalece su posición en la provincia. En el búnker de Santilli se analiza con entusiasmo esta situación, destacando que son 22 los intendentes de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires que se inclinaron por el larretismo, lo que supone una ventaja significativa en términos de peso político y respaldo electoral .