(Corresponsalía Buenos Aires) – La movilización de los jubilados al Congreso genera preocupación por posibles actos de provocación y un fuerte operativo de seguridad. El ombudsman de los jubilados, Eugenio Semino, advirtió sobre la posibilidad de infiltrados que busquen generar violencia.
A pocas horas de la anunciada marcha de los jubilados en reclamo de mejores haberes y condiciones de vida, el clima de tensión crece en el centro porteño. Aunque la movilización ha sido convocada como una protesta pacífica, persisten los temores de que se registren incidentes.
El gobierno ya anticipó que aplicará el protocolo antipiquetes diseñado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lo que hace prever un despliegue de fuerzas de seguridad en la zona. Sin embargo, lo que más preocupa a los organizadores y a referentes del sector es la posibilidad de que se produzcan hechos de violencia promovidos por infiltrados.
Alerta por barras bravas y servicios de inteligencia
El ombudsman de los jubilados, Eugenio Semino, expresó su inquietud en declaraciones radiales al advertir que “es muy probable que haya infiltrados bajo el mote de barras bravas que obedecen a los servicios de inteligencia para vilentar la marcha”. Según su análisis, esto podría dar pie a una reacción represiva que desvirtúe el reclamo legítimo de los jubilados.
La versión de posibles infiltrados se sostiene en antecedentes recientes en los que movilizaciones pacíficas terminaron en incidentes violentos, sin que quedara claro el origen de los disturbios. “Nos preocupa que esta marcha termine siendo una excusa para reprimir y deslegitimar el reclamo de nuestros jubilados”, insistió Semino.
El despliegue de seguridad y las incógnitas
Las autoridades han dejado en claro que no permitirán cortes de calles ni desmanes, por lo que el operativo de seguridad podría ser estricto. Se prevé la presencia de efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura en las inmediaciones del Congreso. En ese contexto, las dudas sobre cómo se desarrollará la protesta y cuál será la respuesta oficial generan incertidumbre.
A su vez, la posible presencia de hinchadas de fútbol en la movilización añade otro elemento de tensión. Mientras que algunos sectores sostienen que se trata de una muestra de solidaridad con los jubilados, desde el gobierno ya han deslizado sospechas sobre una presunta intención de generar caos.
Expectativa y temor entre los manifestantes
En la previa de la marcha, jubilados y organizaciones sociales expresaron su temor ante un posible desenlace violento. “Vamos a la Plaza Congreso a reclamar por nuestros derechos, no queremos enfrentamientos ni provocaciones”, señaló un dirigente de la CTA Autónoma.
Con la protesta en el horizonte, la gran incógnita es si se logrará una jornada pacífica o si, como temen algunos, terminará empañada por hechos de violencia que podrían ser utilizados para justificar un accionar represivo. La respuesta, en las calles y en el desarrollo de los acontecimientos que marcarán el día de mañana.