VILLARRUEL AISLADA POR EL GOBIERNO RECONSTRUYE SU BASE POLÍTICA DE CARA A LAS ELECCIONES

(Pablo Roma, Congreso Nacional) – Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación, atraviesa uno de los momentos más complejos desde que asumió su cargo. Aunque su figura comenzó con fuerza en el Senado, su relación con los legisladores aliados se ha deteriorado, dejando en evidencia el aislamiento que enfrenta dentro del oficialismo libertario, donde Javier Milei se posiciona como el líder absoluto. Lejos de bajar los brazos, Villarruel busca fortalecer su base política con la mirada puesta en las próximas elecciones.

El punto de inflexión llegó tras la polémica en torno a los salarios legislativos. Si bien Villarruel defendió el incremento de las dietas al inicio del año bajo el argumento de que debían estar acordes con la responsabilidad de los senadores, su discurso cambió en diciembre cuando perdió una votación clave que derivó en la expulsión de Edgardo Kueider. Ese episodio marcó un quiebre con su bloque aliado, que consideró la discusión un error estratégico que terminó debilitando su liderazgo.

En este contexto, Villarruel ha comenzado a replegarse hacia una agenda más personal y simbólica, buscando consolidar su imagen entre los sectores más afines a su postura ideológica. Actos como el homenaje a las víctimas de la guerrilla y la instalación del busto de Isabel Perón en el Salón de las Provincias son parte de esta estrategia de reafirmación política. Sin embargo, desde el Senado algunos critican que estas acciones no resuelven las tensiones políticas actuales ni abordan las demandas urgentes del país.

Una fuente cercana al entorno de Villarruel asegura que el aislamiento político es también una oportunidad. “Está trazando un camino propio, con una agenda que refuerza su compromiso con ciertos valores históricos y su base electoral. Esto no es algo que todos comprendan, pero está pensando más allá del Senado y mirando hacia 2025”, explicó un colaborador.

Mientras tanto, la distancia con Javier Milei no pasa desapercibida. Aunque en el inicio de su gestión había un fuerte alineamiento entre ambos, las diferencias de estrategia se han hecho evidentes. Milei, con el respaldo de un poderoso aparato mediático y político, se ha enfocado en consolidar su figura como presidente, dejando a Villarruel librada a su suerte en el Senado. A pesar de esto, la vicepresidenta ha optado por fortalecer su presencia en redes sociales y en actos de alto impacto simbólico, confiando en su capacidad para conectar con sectores específicos del electorado.

Desde el entorno de la vicepresidenta también destacan que Villarruel no se deja amedrentar por las críticas y que está convencida de la necesidad de marcar su propio rumbo. “Sabe que el Senado es un espacio complejo, pero lo ve como un trampolín para construir algo más grande. No está buscando solo sobrevivir, sino dejar una marca”, afirmó un asesor cercano.

El desafío inmediato de Villarruel es equilibrar su rol institucional con su necesidad de mantener relevancia política de cara a las elecciones. Si bien el aislamiento impuesto por el gobierno libertario y las desavenencias con sus aliados le han complicado el panorama, su apuesta por reforzar su identidad política y ampliar su base de sustentación puede terminar convirtiéndose en su principal fortaleza en el mediano plazo.

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