En Mercedes pintan un mural y piden que una plaza se llame “Ramoncito”.

Vecinos del barrio Mataderos trabajaron con el objetivo de embellecer un espacio público y dejar un mensaje para las infancias. Fue inaugurada ayer y esperan que el sitio lleve el nombre del pequeño que fue víctima de un crimen.

Vecinos del barrio Mataderos de Mercedes inauguraron ayer un mural colectivo y esperan que la plaza del distrito lleve el nombre de “Ramoncito”, el niño de 12 años que perdió la vida en un crimen sucedido hace más de una década en la localidad. A la vez, la obra lleva consigo un fuerte mensaje de concientización sobre los peligros de la violencia ejercida sobre las infancias.

 El mural, bautizado como “La Gurisada”, está ubicado en un pequeño y pintoresco espacio público, sobre la calle Ibira Pitá, a una cuadra del salón de usos múltiples de la barriada. Tiene una extensión de 12 metros de largo por 3 metros de alto, y contó con la participación de 50 niños de la zona para su realización. 
 
La idea surgió tras una reunión vecinal organizada hace dos meses. De dicho encuentro surgió la imperiosa necesidad de recuperar y embellecer un “placita” de la zona.

“Con estos murales que se realizan de forma colectiva, los habitantes del barrio tienden a cuidarlo con más empeño porque es fruto del trabajo en comunidad. Y así queremos que se respete también la plaza”, explicó a diario época, Marilin Vasquez, muralista de visita por Mercedes que decidió coordinar la actividad artística.

La artista contó que el diseño se planificó en conjunto con todos los niños del barrio Mataderos. “Por un lado se busca reflejar lo que ellos son y hacen, sus juegos y su cultura. Y sobre todo su inocencia. Al mismo tiempo, queremos dejar un mensaje de cuidado de la flora y fauna local”, precisó la mujer que proviene de Tucumán y recorre el país con sus propuestas.

La obra, del tipo figurativa, cuenta con dibujos de animales y niños pero en él se destacan un colibrí, ubicado en el medio, que simboliza a todos los menores que fueron víctimas de violencia o abusos, entre ellos, Ramón Ignacio González, más recordado como “Ramocito”. El niño de 12 años que vivía en el mismo barrio Mataderos y murió el 6 de octubre de 2006 en un ritual satánico. Un hecho que conmocionó a todo el país por la crueldad con que se había realizado.

A 16 años del hecho fatídico, los vecinos se pusieron de acuerdo para insistir, ante el Concejo Deliberante, que la plaza lleve el nombre “Ramoncito”. Intención que manifestaron ayer a la tarde, mediante un pedido formal que lleva la firma de todos ellos. Este documento será entregado el próximo martes ante los ediles de la Comuna para que le den inmediato tratamiento legislativo.

El acto de inauguración comenzó ayer a las 17:30 y se vivió con una gran alegría, ya que contaron con juegos infantiles (toro mecánico y pelotero) y la proyección de películas. “Todo lo que se consiguió, tanto para pintar el mural como para la fiesta de los chicos, se hizo de forma autogestiva. Es decir, por medio de donaciones”, aseguró Vasquez, quien llegó a la localidad invitada por el movimiento popular “La Dignidad”, que brinda asistencia alimentaria a las familias de más bajos recursos de la zona.

Sobre las figuras dijo que todas fueron propuestas y pintadas por los pequeños de la barriada. Y su mano intervino con algunos arreglos finales.

Entre ellas, destaca una mano que tiene una importante carga simbólica. “Es una mano siniestra que amenaza la inocencia de los niños. Sin embargo, esta mano no está sola, sino que es contenida por los esfuerzos de muchas personas que con su trabajo y acciones cuidan a los niños de todas las formas que se pueda imaginar”, desarrolló la idea y dejó ver que el contenido, a su vez, es esperanzador.

    
Vale aclarar que los niños y la artista vienen trabajando en la obra desde la última semana de septiembre, y este fin de semana se dio el acto oficial de estreno. Tan participativa fue la intervención, que hasta don Jurado, vecino lindante a la plaza, ofreció su muro para que los pequeños den vida a este mural colectivo.

“La idea también es corrernos del adultocentrismo y empezar a escuchar sus expresiones y opiniones”, resumió sobre el trabajo.

Por último, ante la pregunta de diario época, la artista aclaró que la familia de “Ramocito” no participó pero sí estaba invitada al acto inaugural. Ahora habrá que esperar al próximo martes para saber si los ediles mercedeños darán el visto bueno a la nueva denominación del espacio de esparcimiento.

El caso

El crimen dio lugar a una investigación que permitió determinar que el pequeño, quien vendía estampitas cerca de una vieja estación de trenes, había sido captado por una suerte de secta. Aquel día fue trasladado a una casa en la que tuvo lugar el ritual del que participaron al menos diez personas. Todos fueron condenados por el delito de “homicidio triplemente calificado, por haberse cometido con ensañamiento, alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas”. Sus restos descansan en el cementerio local.

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