Diez argentinos entre los cuales habia correntinos, fueron rescatados este año en el estado de Río Grande do Sul. Cuatro de ellos eran menores de edad.
El rescate este fin de semana de cuatro argentinos que trabajaban en condiciones similares a la esclavitud en el sur de Brasil reveló un esquema de contratación de mano de obra del noroeste argentino con fines de explotación laboral.
Este no es el primer caso descubierto este año que puso en alerta al consulado argentino en Porto Alegre. Hace un mes, otros cuatro compatriotas adultos y dos menores de edad fueron rescatados bajo un régimen que incumplía todos los derechos laborales. Ambos casos fueron detectados en el estado de Río Grande do Sul, fronterizo con la Argentina.
“En los últimos dos o tres años aumentaron mucho los casos de explotación laboral de gente que viene de otros estados de Brasil. Ahora hubo dos casos en el que estuvieron involucrados argentinos. Si esto se sigue repitiendo, comenzará a ser un fenómeno preocupante”, dijo el cónsul argentino en Porto Alegre, Jorge Perren.
Cómo fueron los rescates a los trabajadores argentinos en el sur de Brasil
Estos no fueron los únicos casos. Hubo otros en que trabajadores del noroeste brasileño fueron rescatados en condiciones similares a las que estaban los 10 argentinos que, en total y en dos grupos diferentes, cumplían tareas en distintos emprendimientos productivos gaúchos.
La mayoría involucran a personas llegadas desde el estado de Bahía, en el noroeste de Brasil. Pero hace un mes seis trabajadores argentinos fueron rescatados en una finca de recolección de manzanas en el municipio de Bento Goncalvez. Eran cuatro adultos y dos menores que trabajaban bajo un régimen de explotación laboral.
Tras ser rescatados, el gobierno federal trasladó a los seis en un ómnibus hasta la frontera. La mayoría eran oriundos de Misiones y de Corrientes
Pero este fin de semana se conoció un nuevo caso que involucró a argentinos. Eran tres adultos y un menor de 14 años, hijo de uno de los trabajadores rescatados, que estaban sometidos a trabajo esclavo en una plantación de eucaliptos en Nova Petrópolis, a 90 kilómetros de Porto Alegre. Realizaban tareas de limpieza de malezas y vivían en un campamento precario al aire libre. Carecían de alimentos, agua potable y baño y no recibían un salario por su labor.
Según relató el cónsul argentino, dos de ellos se quejaron por su situación ante la persona que los contrató. El hombre los echó y los dejó en el poblado vecino de Bom Principio después de amenazarlos para que no hicieran ninguna denuncia. Pero ambos se dirigieron a una comisaría y revelaron el calvario que vivían. El empleador fue detenido y los otros dos compatriotas que quedaron en el campamento fueron rescatados.
Los cuatro argentinos tenían su documento argentino en regla, pero carecían de permiso de trabajo o residencia en Brasil. Tres de ellos tienen domicilio en pueblos de Misiones y el restante en la provincia de Buenos Aires. Se cree que los cuatro fueron contratados por una organización que actúa en la frontera.
El grupo fue llevado a la ciudad de Caxías do Sul y alojado en una residencia de una ONG que se encargó de brindarle albergue hasta que se resuelva su situación. Las autoridades brasileñas intentan que reciban el pago de sus sueldos antes de que sean repatriados a la Argentina.
“Hay personas que los reclutan y los hacen cruzar a Brasil en forma ilegal. Después sufren distintos tipos de explotación. Es una organización que recluta trabajadores en la frontera, les pone transporte y los llevan a trabajar a Río Grande do Sul”, denunció el cónsul argentino.
El modus operandi es siempre el mismo. Los trabajadores explotados son llevados a haciendas donde es muy difícil realizar inspecciones, lo que dificulta mucho la tarea de la policía y del ministerio de Trabajo brasileño.