Vende torta parrilla para comprar comida a sus hijos y pagar a un abogado

Silvina es pareja de Roberto R. quien el mes pasado mató al ladrón que habría ingresado a su vivienda con fines delictivos. Cansado de esperar respuestas, hizo justicia por manos propia. Eso le costó su trabajo y ahora está con prisión domiciliaria. La familia vende alimentos para subsistir. 

Silvina está en la esquina de Cartagena y Güemes, donde decidió colocar una parrilla y cocinar para contar con un dinero que le ayudará con la comida de sus hijos y para pagar al abogado que lleva la causa en la cual tiene a su pareja, Roberto R.  con prisión domiciliaria. En marzo pasado, Roberto decidió poner fin a la vida de quien se presume ingresó a su domicilio con fines delictivos y quien además se burlaba de la familia por ese accionar amenazándolos de muerte.

A causa del crimen, Roberto perdió su trabajo y familiares del delincuente abatido destruyeron y robaron todas sus pertenencias por lo que debieron salir del barrio y comenzar “desde cero” en oro lugar.

“Desde el día que sucedió el hecho necesitamos ayuda. Perdimos casa, trabajo, y estamos con los chicos que requieren atención y comida. Pido a los vecinos que se acerquen a comprar la torta parrilla que es sustento para los chicos y para el abogado. No tenemos sueldo” dijo Silvina.

“Esa noche nos corrieron a piedrazos. Estoy con mis padres pero sin ayuda. Los vecinos colaboraron con ropa y calzados para los chicos. Ahora con la venta de torta parrilla espero juntar  fondos para mis hijos. El viernes tengo previsto hacer choripán a la noche y el domingo arroz con pollo” agregó la mujer.

Reiteró que estará en la esquina de Cartagena y Güemes, en el barrio Ongay para quien pueda colaborar. Silvina además compartió su número de teléfono 3794664946 para quien pueda brindar una ayuda económica.

El caso

Para la fuerza de seguridad el caso estaría completamente esclarecido. Al parecer, Roberto R. (pareja de Silvina G.) actuó por su cuenta y sin complicidad de un tercero, como sospechaban en un principio. Ponce sufrió el impacto de un balazo en el tórax delante de su amigo identificado como Martín David M. V., alias “Martincito”, de 24 años, en la intersección de las calles Yugoslavia y Cerdeña, límite entre los barrios 17 de Agosto y San Marcelo.

Con el avance de la pesquisa trascendió la supuesta motivación de Roberto R. para disparar contra ambas personas que caminaban en la vía pública.

Presuntamente el comerciante fue víctima de un delito de robo contra su propiedad. De averiguaciones personales supo, o le dijeron, que los ladrones que entraron a su domicilio fueron Ponce y “Martincito”.

El damnificado acudió a la comisaría, aportó datos que consiguió de forma extraoficial y no habría obtenido respuestas. Entonces, decidido a actuar por su cuenta y cobrar venganza, siguió los pasos de ambos sospechosos del ilícito hasta dar con ellos el miércoles a las 14.

Después de acercarse en su auto, bajó uno de los cristales y desde el asiento del conductor efectuó varias detonaciones.

Desde el 6 de abril, la justicia otorgó la prisión domiciliaria al “justiciero” que mató al ladrón.

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