2022, el año del caos y la fragmentación en las redes sociales

Desde la llegada de Elon Musk a Twitter y los despidos masivos en Facebook, pasando por el auge de TikTok y BeReal, los últimos doce meses también se caracterizaron el fuerte cambio de paradigma en la manera en que los usuarios utilizan las plataformas. Repasamos lo más destacado.

No hay dudas de que 2022 no ha sido un año fácil para las plataformas de redes sociales. Desde los miles de millones que gastó Facebook para intentar hacer realidad su metaverso hasta la “telenovela” de la compra de twitter, lo que ocurrió en los últimos 12 meses no fue lo que muchas empresas esperaban en enero.

Silicon Valley la meca de las firmas de tecnología, se vio convulsionada por despidos y recortes de presupuesto a medida que los problemas económicos desinflaban la burbuja que había crecido durante la pandemia.

Twitter y Facebook, dos de las principales redes sociales no fueron la excepción en este 2022 tumultuoso: Elon Musk compró la plataforma del pajarito por 44.000 millones de dolares y sumió a la empresa en el caos, provocando la huida de los anunciantes y de varios usuarios. Mientras, el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, cambió el nombre de su empresa a Meta para señalar una nueva gran apuesta por el metaverso, un mundo inmersivo y virtual que todavía cree que es el futuro de Internet.

El desembarco de Elon Musk en Twitter

Twitter comenzó 2022 con un nuevo CEO después de que Jack Dorsey, cofundador de la plataforma, cediera las riendas de la red social a su jefe de tecnología Parag Agrawal. La empresa se volcó al desarrollo de nuevas funciones y empezó a trabajar para aumentar sus usuarios y con ello los ingresos. El objetivo fue claro: cambiar su reputación de ser lenta para innovar.

Pero en Twitter, ni se imaginaban que otra persona iría a cambiar el destino de la plataforma. En abril, Elon Musk lanzó una oferta sorpresa por la empresa. Al principio pareció que se trataba de un chiste. Pero con el correr de los días, el CEO del Tesla presento una propuesta formal y twitter la aceptó.

Lo que siguió fue una telenovela de idas y vueltas en las que Musk quiso bajarse del acuerdo, Twitter amenazó con un juicio, y después de semanas agotadoras, ante una potencial y millonaria batalla legal, Elon Musk hizo honor a su oferta y aceptó comprar la plataforma.

Así, a fines de octubre, el magnate tomo control de la empresa, redujo el personal a más de la mitad dejando ir a personas de puestos clave, puso patas arriba las normas que regían en la empresa desde hacía tiempo, y comenzó a “dirigir” la empresa en base a los resultados de encuestas que fue publicando en Twitter.

La caída de Facebook y el descenso de las publicidades

En paralelo, el mundo entró en un período de turbulencia: la invasión rusa en Ucrania provocó una crisis energética en Europa y el mercado de la publicidad empezó a descender. Y las grandes marcas, que se opusieron a las caprichosas decisiones de Musk, comenzaron a abandonar la plataforma: más de la mitad de los 100 principales anunciantes de Twitter suspendieron su inversión en la red social.

Por su parte, Facebook anunció la primera caída de su historia en usuarios y ventas, y en menos de lo que canta un gallo, perdió cerca de dos tercios de su valor de mercado. Otras empresas dependientes de la publicidad, como Google y Snapchat, también sufrieron las consecuencias de la crisis global.

Y las firmas tecnológicas, especialmente las plataformas de redes sociales que habían contratado personal en exceso durante la pandemia, anunciaron despidos y recortes presupuestarios.

La era de la fragmentación y TikTok

La crisis económica mundial y las malas decisiones de gestión no son las únicas razones de este difícil 2022 para las redes sociales.

Facebook aceptó que la gente ya usa las plataformas de una manera distinta a cómo lo hacían unos años atrás. Los usuarios ya no tienen una o dos redes sociales en donde pasan todo el tiempo. Estamos en presencia de la era de la fragmentación: las personas saltan de plataforma en plataforma y comparten contenidos de un sitio a otro, saliendo y entrado todo el tiempo.

El cambio de paradigma se pudo observar este año mejor que nunca en TikTok, la revolucionaria app china de videos cortos y verticales. Su éxito arrollador ha hecho que empresas como Facebook y Google intenten desesperadamente copiar sus características, adoptando en sus plataformas el formato de videos cortos.

Esta carrera loca por parecerse a TikTok está empujando a las otras empresas a tomar medidas similares a las de los canales de televisión tradicionales, donde solo una pequeña cantidad de creadores de contenidos acapara, cada vez más, la mayor parte de las visitas totales y reciben un “sueldo” o son contratados por la misma plataforma.

Ante este panorama, muchos usuarios de redes sociales comenzaron a buscar formas alternativas de comunicación.

Los servicios de mensajería como WhatsApp, Signal o Discord siguen creciendo, y aplicaciones más “privadas” o de grupos cerrados como BeReal, son tendencia entre casi todos los rangos etarios.

Además, la desilusión con las redes sociales tradicionales también ha inspirado una nueva generación de aplicaciones por y para los conservadores, que sienten que sus opiniones están amordazadas por Silicon Valley, como por ejemplo Truth la plataforma creada por Donald Trump luego de ser “expulsado” de Twitter, o la flamante Spill una red social con un enfoque en la diversidad y la cultura afroamericana.

Estos cambios de comportamiento, acompañados por el surgimiento de la Web3, sugieren que el futuro de las redes sociales ya no estará en manos de unos pocos, ni a merced de megaempresas, sino que será una era definida por conexiones y contenidos dispersos en muchas aplicaciones, y principalmente en poder de los propios usuarios.

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