Son los temas urgentes que ocuparán los próximos pasos del ministro de Economía, Sergio Massa, que buscará cerrar nuevos desembolsos del FMI para seguir incrementando las reservas netas
Sergio Massa completó esta semana la batería de medidas que apuntaron a generar un colchón de divisas para el Banco Central. Ese objetivo lo logró, más allá de las críticas que recibió por el tipo de decisiones adoptadas. En concreto las reservas netas superan los USD 6.000 millones y se dejó atrás una situación sumamente crítica, que estuvo cerca de desencadenar una situación descontrolada.
La puesta en marcha de un nuevo sistema para importar, el encarecimiento de viajes y gastos al exterior más el “dólar Coldplay” para encarecer el giro de divisas para el pago de espectáculos internacionales fueron los principales anuncios de las ultimas jornadas. Previamente se había implementado el “dólar soja”, que aceleró la liquidación de cerealeras por más de USD 8.000 millones y permitió cumplir con las metas de acumulación de reservas que se había pactado con el FMI.
Massa tiene una hoja de ruta ya diseñada, al menos para lo que resta del cuarto trimestre del año. Uno de los objetivos es no descuidar las reservas. Ayer anunció un desembolso del BID a favor de la Argentina por USD 700 millones, que estaba postergado desde marzo. El mismo fue negociado en su anterior viaje a Washington, cuando se reunió con el controvertido titular del organismo, el norteamericano Mauricio Claver-Carone. Además, en las próximas semanas llegarían préstamos del Banco Mundial y de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
El martes ya habían ingresado unos USD 3.900 millones del FMI, un desembolso que estaba previsto tras la aprobación de la segunda revisión del acuerdo. Pero además el Gobierno quiere obtener un préstamo excepcional del organismo, proveniente del denominado Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad. Se trata de recursos que los países desarrollados ponen a disposición del resto de las naciones que resultaron afectadas por efecto de la pandemia.
Jorge Carrera, director del Banco Central y que se encuentra en Washington esta semana para participar de la reunión anual del Fondo, comentó en redes sociales que varios países ya consiguieron recursos. Costa Rica, detalló, obtuvo USD 710 millones provenientes de la tercera revisión del programa de Facilidades Extendidas. Otro país que también pudo acceder a estos recursos fue Barbados, por USD 181 millones. A la Argentina podrían corresponderles más de USD 1.300 millones, que obviamente también engrosarían las reservas netas.
Este ingreso de dólares de parte de organismos tendría que compensar la escasez en la liquidación de divisas hasta fin de año. Sobre todo porque los productores y cerealeras vendieron casi todo en septiembre para aprovechar el tipo de cambio diferencial de $ 200.
Más allá de este financiamiento fresco, Massa también prepara nuevos anuncios para dar un paso adicional en relación al control del gasto público. Por delante está la necesidad de cumplir con la reducción del déficit fiscal a 2,5% para fin de 2022 y a 1,9% en 2023. Cualquier anunció en esta dirección habrá que hacerlo rápido, ya que será mucho más complejo hacerlo a medida que se acerquen las elecciones presidenciales.
Pero la “madre de las batallas” pasará por la necesidad de tomar medidas para controlar la inflación. Sin una desaceleración inflacionaria que permita mejorar los salarios en términos reales será casi imposible para el oficialismo ganar las elecciones en 2023. Massa y el resto del equipo económico creen que con señales en materia de baja de déficit fiscal y con más reservas en el Central es posible lograr la meta que figura en el Presupuesto 60%.
Sin embargo, casi ningún relevamiento privado considera que la inflación podrá bajar de niveles del 90% el año próximo, tras acercarse al 100% en este 2022. Uno de los rumores que circulan de manera insistente es que el Gobierno se embarcaría en un nuevo congelamiento masivo de precios en la primera parte del 2023, ante la necesidad de generar un impacto que mejore el poder de compra.
Por ahora es una gran incógnita cómo se las ingeniará Massa para conseguir resultados en el tema más sensible que tiene por delante. Y que seguramente también marcará el futuro de su relación con Cristina Kirchner