Desde Goya, el obispo Canecín exhortó a no naturalizar la trata

El religioso instó a los ciudadanos de la diócesis a involucrarse activamente para combatir ese flagelo social. Para ello, los arengó a que se informen sobre la temática y que ante una situación sospechosa, no duden en denunciarla. También pidió más compromiso a las autoridades.

En virtud de la reciente conmemoración del Día Mundial contra la Trata de Personas, distintas voces institucionales y de la sociedad civil en Corrientes realizaron un llamado urgente a no permanecer indiferentes ante esta forma moderna de esclavitud.

La jornada, que por calendario tuvo lugar el miércoles último, fue ocasión para visibilizar el delito, renovar el compromiso con las víctimas y denunciar las redes de explotación que continúan operando en todo el país.

Es así que en la ciudad de Goya, el obispo Adolfo Ramón Canecín presidió una misa en la Catedral, acompañado por representantes de fuerzas federales, docentes, estudiantes e integrantes de la Red de Infancia Robada.

Durante el oficio religioso, se rezó especialmente por el esclarecimiento del caso de Loan Peña, el niño desaparecido en la localidad de 9 de Julio, en esta provincia, hace más de un año. Canecín instó a los ciudadanos a involucrarse activamente: “Invito a todos los ciudadanos a unirse a nosotros en la lucha contra la trata de personas”. Y remarcó: “De la trata en la Diócesis de Goya, sí se habla. Porque cuando no hablamos de una problemática social, esta crece, se naturaliza y nos volvemos indiferentes”.

PARTICIPARON FUERZAS FEDERALES, DOCENTES, ESTUDIANTES E INTEGRANTES DE LA RED DE INFANCIA ROBADA.

En su mensaje llamó además a “comprometerse a ser parte del cambio” e instó a informarse sobre esta realidad y a trabajar en la prevención, al tiempo que arengó “ante alguna situación sospechosa, denunciemos” destacando que en la localidad de Santa Lucia se instalaron los denominados “buzones de la esperanza” que permitieron la resolución de varios casos, no solo relacionados con la trata sino también con el narcotráfico y narcomenudeo.

Es un mecanismo que permite denunciar en forma anónima a los autores de este delito y expresó: “Ojalá también se pueda lograr establecer estos buzones en otras localidades de esta Diócesis.

En esa tesitura, el obispo reafirmó que toda persona merece “respeto en su dignidad, por ser imagen y semejanza de Dios”. Finalmente, el prelado hizo un llamado a las autoridades, a trabajar “en la implementación de medidas urgentes y ayuden a las víctimas de este delito”.

Antes de culminar la misa, se escucharon testimonios de integrantes de la prefectura naval argentina, quienes explicaron cómo trabaja esa fuerza en el combate y prevención del delito, asimismo, habló una representante de la Red de Infancia Robada.

Alumnos del Instituto Santa Teresa de Jesús, llevaron a la misa carteles, afiches y pancartas que fueron confeccionados por los alumnos de ese establecimiento que dedicaron ese día a una jornada de reflexión sobre esta problemática social. También, jóvenes y adolescentes que residen en el Hogar Rural de Goya, participaron con carteles y pancartas en adhesión a la jornada de sensibilización.

Fue un oficio religioso que realmente agrupó a diversos sectores y logró que se hable abiertamente de la trata.

Hablar, actuar y acompañar

En Corrientes, donde aún resuenan los ecos de desapariciones impunes, la Iglesia, la justicia y las organizaciones sociales recordaron que el silencio no es opción. Hablar, actuar y acompañar es hoy el camino para construir una sociedad más justa y segura.

Este compromiso local se suma a una situación nacional alarmante. Según datos de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), desde que entró en vigor la Ley 26.364 en 2008, se dictaron 542 sentencias en el fuero federal y se realizaron ocho acuerdos conciliatorios. Hubo 1.043 personas condenadas por hechos que afectaron a 2.560 víctimas. El 79% de ellas son mujeres, el 20,5% varones y el 0,5% personas trans. Entre los condenados, el 77,8% son argentinos y el 64,2%, varones.

Desde la Red Clamor Argentina (integrada por instituciones del catolicismo), la lucha contra la trata fue definida como “un acto de humanidad y de fe”. “Es Dios actuando a través de nosotros y liberando a las víctimas, y trabajando para que otras no caigan en estas redes del mal”, expresaron. También insistieron en una acción integral: prevención, denuncia, acompañamiento de víctimas, oración y articulación de recursos.

El mensaje central coincidió en que la trata de personas no puede abordarse desde la indiferencia o el desconocimiento. Se trata de una realidad que hiere gravemente la dignidad humana, que se alimenta de estructuras sociales, económicas y políticas injustas, y que requiere respuesta concreta: visibilización, justicia con rostro humano, políticas públicas sostenidas, y compromiso ciudadano.

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