Por Juan Pablo Peralta desde Casa Rosada
El presidente Alberto Fernández volvió a tener una sola actividad en agenda. Fue a entregar 70 pensiones por discapacidad a la localidad bonaerense de Berazategui. Antes había dejado un mensaje grabado en Olivos, que se emitió por Cadena Nacional al mediodía, en el que amplió los dichos que ayer se emitieron a través de un comunicado oficial contra el fallo de la Corte Suprema que suspendió la elección a gobernador y vice en Tucumán y San Juan. En su discurso, el jefe de Estado afirmó, entre otras cosas, que “la decisión es de dudosa legitimidad” y acusó a la CSJN de haberse convertido en el brazo operativo de la oposición y los grupos económicos y mediáticos concentrados. En esa línea, aseguró que el máximo tribunal no respeta el régimen federal y apuntó algunas de las decisiones con las que el Gobierno no estuvo de acuerdo y por eso inició un juicio político contra el cuerpo. Por otro lado, vale decir que en Casa Rosada, la medida fue cuestionada junto a todo el peronismo, pero fue vista por los más optimistas, que entienden que tarde o temprano los comicios se permitirán, como una posibilidad de que Fernández retome algún protagonismo al quedar marginado de la mesa de definiciones políticas del oficialismo. El massismo hace una lectura parecida, al considerar que la cuestión quita del foco mediático la grave crisis económica que atraviesa el país. Ayer en la AmCham argentina, la cámara que nuclea a las principales empresas norteamericanas en Argentina, el ministro Sergio Massa, aseveró que no está a favor de una PASO, lo que genera especulaciones en favor de una estrategia para ir como candidato de consenso del Justicialismo. Algo que produce suspicacias sobre sus vínculos con el FMI y la posibilidad de recibir apoyo monetario del organismo, si es que el funcionario recibe el apoyo suficiente para ser un potencial presidenciable.