La 1º Jornada de Zoonosis en Corrientes “Una Salud” se realizará en el auditorio de la Facultad de Veterinaria y con la organización del Ministerio de Salud y Ministerio de Producción de la provincia de Corrientes, el jueves 28 de septiembre a las 8. Allí expondrán y debatirán sobre Hidatidosis, Rabia, Brucelosis, Carbunclo y Leishmaniasis.
En Hidatidosis, particularmente, se realizará una actualización a los profesionales del área de la salud pública y veterinaria para implementación de las acciones de vigilancia, prevención y control de la Hidatidosis/Equinococosis Quística, bajo el título: Hidatidosis: “cortar el ciclo para prevenirla”.
Las charlas estarán a cargo del médico veterinario Oscar Jensen, junto al Jefe del Programa de Hidatidosis de Corrientes, Doctor Marcelo Grella, y del Médico Veterinario de área endémica de Corrientes, Daniel Sarli.
Problema
La enfermedad hidatídica (hidatidosis / echinococosis) es conocida desde el año 1886 y está ampliamente difundida en nuestro país, en especial en determinadas regiones. Los mayores niveles endémicos se encuentran en la región patagónica, en las provincias de Buenos Aires y Corrientes.
Los datos estadísticos en centros de diagnóstico y salud reflejan una situación problemática con respecto a la enfermedad hidatídica, siendo la prevalencia
humana elevada. Sin considerar los inmensurables daños de índole individual y familiar, esta zoonosis genera pérdidas económicas importantes, siendo de mayor incidencia sobre las personas que la desconocen.
Las personas pueden infestarse con el metacestode, provocando severos cuadros de enfermedad y un problema importante en salud pública en lugares donde los carnívoros que portan Echinococcus se hallan en íntimo contacto con las personas.
El agente causal se presenta en el intestino delgado de varias especies de carnívoros, principalmente cánidos, pertenece al género Echinococcus, que tiene cuatro especies conocidas: granulosus, multilocularis, vogeli, oligarthrus. Esta situación de hospedador intermediario se produce también en el hombre, en el que se desarrolla el estadío larvario (metacestode o quiste hidatídico), provocando lesiones destructivas en el órgano en el que se instala.
Los hospedadores definitivos ingieren los huevos que se encuentran contaminando el ambiente, principalmente corrales, pasturas y aguadas. En el intestino infectado masivamente el parásito forma pequeñas proyecciones romas, blancas, particularmente ocultas entre las vellosidades dando una apariencia similar a una linfangiectasia se libera el embrión hexacanto (oncósfera). Las oncósferas liberadas de los huevos atraviesan la pared intestinal penetrando los capilares subepiteliales o los quilíferos y por vía linfática o sanguínea se instalan en el hígado, pulmón, bazo y con menor frecuencia en otros órganos.
Los quistes hidatídicos se presentan más comúnmente en el hígado y los pulmones, con cierta variación según las especies. Así como en los ovinos pueden ser más comunes la aparición de quistes en los pulmones, en los vacunos el hígado es el sitio usual para establecerse.
En los animales los quistes hidatídicos generalmente son esféricos, turgentes y llenos de líquido. Miden comúnmente de 5 a10 cm de diámetro y raramente pueden llegar a ser mayores, posiblemente porque su crecimiento es limitado debido al corto período de vida de los animales domésticos, no pudiendo llegar a ser de gran tamaño como en el hombre.
Típicamente los quistes que se desarrollan en el ovino son fértiles y una alta proporción contiene protoescólices. Las oncósferas que infectan otros huéspedes como el bovino, pueden no establecerse o más comúnmente, desarrollarse en quistes estériles que no producen protoescólices. En las áreas enzoóticas, los metacestodes llamados también quistes hidáticos se encuentran comúnmente en huéspedes intermediarios habituales o accidentales.
Desde el punto de vista epidemiológico las acciones principales y permanentes se efectúan en la faena, durante la inspección de las reses, identificando animales portadores de quistes hidatídicos. Esto aporta importantes datos para conocer la enfermedad, distribución, evaluar los planes de control y erradicación, como así también valorar nuevas técnicas de diagnóstico y tratamiento.
Si bien desde el punto de vista operativo es ideal, ya que en forma rápida en un alto porcentaje se detectan animales verdaderamente positivos, este recurso diagnóstico tiene dos puntos críticos: los animales positivos que pueden pasar desapercibidos por encontrarse en un estadío prequístico y los erróneamente considerados portadores de quistes, debido a que la morfología macroscópica puede ser confundida con otras enfermedades quísticas.