La capital cierra septiembre con 118 milímetro de lluvia

En los últimos días del invierno y las primeras jornadas de primavera se registraron precipitaciones en el principal distrito correntino. En lo que va del año cayeron 754.9 milímetros de acuerdo a los datos suministrados por la Estación Meteorológica del ICAA.

Concluye el mes de septiembre con registros de lluvias superior a los 110 milímetros (mm) en la ciudad de Corrientes.

Por casi tres años esta parte de país y del continente sudamericano soportaron el impacto de la sequía. El déficit hídrico sigue siendo importante aunque a diferencia de otros años va en creciente.

De acuerdo a los datos suministrados por la Estación Meteorológica del Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (ICAA), en el mes de septiembre en el principal distrito de la provincia hubo registro de 118.1 mm de lluvia.

En lo que va del presente año, por su parte, las mediciones del mencionado organismo marcan que la cantidad de agua caída fue de 754. 9 milímetros.

La sequía ya afectó a más del 50% del territorio argentino y la provincia de Corrientes fue una de las más afectadas. Según un estudio en conjunto del Instituto de Tecnología Agropecuaria y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, la región perdió el 87% de las lagunas.

El dato se puede comprobar en la región conocida como “Lomadas Arenosas”, que ocupa 16 departamentos de la provincia y corresponde al abanico aluvial del sistema del río Paraná. Según medios locales, “en períodos normales se contabilizan más de 38.000 lagunas, pero por la sequía extrema solo quedaron con agua el 13% de esos cuerpos”.

Entre las principales observaciones del relevamiento, en 2022 se secaron la mayor cantidad de lagunas, seguida del 2021 y 2020. En la actualidad, solo quedaran con agua 5.080 lagunas. Además, del impacto en la cantidad de lagunas también se observó una reducción de las hectáreas ocupadas por esos cuerpos de agua.

Sector forestal

El déficit hídrico causado por la sequía y los incendios registrados en Corrientes representaron para el sector forestal pérdidas económicas de alrededor de $52.700 millones en la provincia mesopotámica, según estimaciones provisorias elaboradas por la Asociación Forestal Argentina (AFOA).

Luego de la sequía se espera que las lluvias sean más asiduas en esta parte del continente sudamericano. De hecho, en los últimos meses hubo lluvias en las altas cuencas y provocaron elevación del río Uruguay. Esto afecto la zona costera de localidades correntinas, entre ellas, Paso de los Libres.

Cambios bruscos

Septiembre se caracterizó también por los constantes y abruptos cambios de temperatura. De los más de 42 grados del pasado fin de semana a los 10 grados de mínima en promedio de los últimos cuatro días.

Los efectos del cambio climático se sintió esta semana en la ciudad de Corrientes y gran parte de la provincia. Ayer la mínima fue de 11 grados y la máxima de 21, para hoy el Servicio Meteorológica Nacional anticipa una mínima de 8 y una máxima de 18.

Anticipan un verano más caluroso

Con el avance de la primavera y la proximidad de los días calurosos en esta parte del continente, los especialistas anticipan que habrán aumento de temperaturas globales.

Según un estudio citado por The Innovation Geoscience, El Niño es un fenómeno climatológico, conocido por liberar calor masivo a la atmósfera, está a punto de cambiar los patrones de circulación atmosférica, influir en las interacciones tropicales-extratropicales e impactar los chorros subtropicales, los monzones e incluso los vórtices polares.

Los expertos alertan que esto provocará un aumento de la temperatura media global de la superficie, que engloba la terrestre y la del mar, uno de los indicadores vitales de la variabilidad climática y el calentamiento global.

El sistema de predicción por conjuntos, desarrollado por el mencionado instituto, alertó que habrá un evento de El Niño en el otoño boreal y que podría mantenerse durante todo el invierno.

Basándose en datos climáticos históricos y estudios previos, el equipo reveló el alcance y las consecuencias potenciales del calentamiento extremo esperado en esos dos años.

Sus hallazgos indican una probabilidad del 17 por ciento de que la temperatura media global de la superficie de 2023 se convierta en la más alta registrada desde 1950, y una asombrosa posibilidad del 61 por ciento de que se ubique entre las tres primeras.

En tanto, en 2024 estas probabilidades se elevarán al 56 y al 79 por ciento, respectivamente.

Durante el desarrollo de un fuerte El Niño en 2023, se espera que las anomalías cálidas afecten predominantemente al Pacífico centro-oriental tropical, el continente euroasiático y Alaska.

Mientras, al año siguiente es probable que las anomalías cálidas abarquen continentes enteros, incrementándose significativamente la posibilidad de olas de calor terrestres, sequías e incendios forestales.

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