La intención de los fiscales es que este sea un último relevamiento exhaustivo de la casona, para poder devolverle a la familia de las víctimas la posesión del inmueble, que desde el día del hallazgo de los cuerpos está resguardado y en custodia de la Justicia.
Los fiscales que investigan el doble homicidio de José Enrique Del Rio y María Mercedes Alonso, el matrimonio asesinado a balazos hace dos meses en su casa de Vicente López, volverán este lunes a la escena del crimen para realizar una inspección ocular.
Previamente, los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcelo Semería encabezarán junto a la Policía Científica una inspección ocular en una casa ubicada en la calle Haedo 938 del partido bonaerense de Vicente López, una propiedad que el hijo menor de las víctimas, el detenido Martín Del Rio (47), adquirió junto a la agente inmobiliaria con la que tenía una relación extramatrimonial y que queda a tan solo dos cuadras y media de la escena del doble crimen cometido el pasado 24 de agosto.
Luego, los investigadores regresarán a la casona de la calle Melo 1101 del mismo partido del norte del conurbano, donde según la investigación las víctimas fueron ejecutadas a balazos.
El objetivo será hacer una nueva búsqueda de cualquier elemento que pueda complicar la situación del imputado Del Rio, pero particularmente los fiscales van a ir a buscar “calzado”.
Es que en los videos clave del caso, el denominado “caminante encapuchado” quedó filmado llegando desde el barrio porteño de Núñez con calzado amarronado tipo “trekking”, pero saliendo con otras zapatillas oscuras y con suela de goma alta.
“Ya sabemos que se cambió de ropa varias veces para despistar en los videos. Queremos ver si dentro de la casa de sus padres dejó el primer calzado que usó para llegar a la vivienda”, dijo a Télam uno de los investigadores judiciales del caso.
En los allanamientos que se hicieron en los distintos domicilios de Del Rio al momento de su detención, el 7 de septiembre pasado, los investigadores le secuestraron zapatos y zapatillas y al menos tres de esos pares serán cotejados con las imágenes de los videos a ver si coinciden, pero una de las sospechas de los fiscales es que pudo haber dejado entre la ropa de su padre, el par que utilizó para llegar a la casa.
La intención de los fiscales es que este sea un último relevamiento exhaustivo de la casona, para poder devolverle a la familia de las víctimas la posesión del inmueble, que desde el día del hallazgo de los cuerpos está resguardado y en custodia de la Justicia.
La otra “obsesión” de los fiscales es tratar de encontrar el arma homicida que fue una pistola calibre 9 milímetros, pero no la buscarán en la casa.
La hipótesis más firme que baraja el equipo fiscal es que Del Rio utilizó una Bersa de ese calibre que estaba a nombre de la empresa de seguridad quebrada que tuvo su padre, “Organización J.G. SA”, y cuya documentación con la numeración 398458 fue hallada en el estuche de otra pistola 9 milímetros, marca Glock, secuestrada en una caja de cartón en la baulera del departamento que hacía unos meses Del Rio había alquilado en el edificio “Forum Alcorta” de Belgrano.
Los fiscales están convencidos que el imputado descartó el arma y una de las posibilidades es que lo haya hecho junto al DVR que almacenaba las imágenes de las cámaras de seguridad de la casa, cuando fue a un departamento de su suegro en la zona de Belgrano y quedó filmado saliendo de ese edificio con una bolsa de tela yendo a descartar algo a un contenedor de basura.
Pero para tratar de confirmar sus sospechas en torno a que el arma homicida puede ser la Bersa faltante, se enviarán los proyectiles de autopsia y las vainas servidas a los expertos del Sistema Nacional Automatizado de Identificación Balística (SAIB) de la Policía Federal.
Allí se realizará un estudio que consiste en analizar en el microscopio comparador balístico las estrías del proyectil, que son las marcas en forma de espiral que imprime el cañón de un arma de fuego alrededor de una bala.
Por la cantidad de estrías, su ancho, su profundidad y si giran hacia la izquierda (levogiro) o a la derecha (extrogiro), los peritos podrán determinar qué marca y modelo de pistola es compatible con esas estrías de los proyectiles de causa.
En tanto, por el momento, ningunas de las pericias genéticas que ya se realizaron comprometieron a Del Rio, ya que se buscó su ADN “de contacto” en las vainas servidas (por si al cargar el arma lo había transferido) y la prueba dio negativo, y además en todas las muestras levantadas en todas las manijas de las puertas del auto Mercedes Benz donde fueron ejecutadas las víctimas, solo se halló ADN de las víctimas y no del imputado.
“En los videos lo vimos con las manos muy blancas al caminante. No descartamos que haya empleado guantes de látex”, dijo a Télam uno de los investigadores.
Sin embargo, los fiscales harán un intento más con los hisopados subungueales tomados en las autopsias, porque sospechan que la madre, Alonso, al ser la segunda en ser ejecutada, pudo haber llegado a tocar o arañar a su hijo antes de recibir el disparo en un ojo a menos de 50 centímetros.
“La mujer tenía entre sus dedos cabellos que eran de ella. Pudo haber tenido un forcejeo con el asesino, o se agarró la cabeza cuando se dio cuenta quién la iba a ejecutar”, señaló una de las fuentes judiciales consultadas.
Del Rio (75) padre y su esposa Alonso (72) aparecieron asesinados -él de tres balazos y ella de uno- el pasado 25 de agosto en el interior de su automóvil en el garaje de su casona de la calle Melo 1101, de Vicente López.
Si bien la empleada María Ninfa “Nina” Aquino fue la primera detenida, el juez de la causa la liberó por falta de pruebas y el 7 de septiembre los fiscales detuvieron al hijo menor de los fallecidos, Martín, como supuesto autor de un doble parricidio con un móvil económico.
Por su parte, Del Rio cumple prisión preventiva como autor de un “doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causa” (matar para lograr la impunidad), delito que prevé como única pena la prisión perpetua.