La mayor oferta de divisas junto con una menor cantidad de pesos en la calle explican la apreciación del tipo de cambio. La virtual eliminación de la distancia entre las cotizaciones genera una ventana de oportunidad para salir del cepo, pero creen que el Gobierno puede seguir esperando a sumar reservas antes de levantar los controles.
La brecha cambiaria ya da por descontada la unificación de los diferentes precios del dólar. Aunque el Gobierno todavía no terminó de remover las trabas que pesan sobre las operaciones con moneda extranjera, los precios muestran que el mercado “compró” el plan oficial. La distancia entre el dólar blue y la cotización mayorista del dólar (la más baja de las oficiales) quedó esta martes en 7,6%.
Las micro flexibilizaciones que se incorporaron para facilitar el comercio exterior, junto con la restricción a la cantidad pesos en circulación y una mayor oferta de dólares confluyeron en el derrumbe de la brecha cambiaria, que opera debajo del 10%.
“A la compresión de la brecha la ayudan las liberalizaciones parciales del cepo, pero también el equilibrio entre pesos y dólares en la economía. Esto último, en el marco de equilibrio fiscal, descomprime las tensiones que podrían verse en el mercado de cambios. La reducción de la brecha tiene que ver con eso, entre otras cosas, como también los flujos favorables”, explicó Fernando Baer, economista de Quantum finanzas.
La caída de la brecha es uno de los factores que el Gobierno necesita para avanzar en una eventual salida del cepo “no traumática”, es decir, sin un salto del tipo de cambio. En ese sentido, Baer consideró que la extinción de la distancia entre los precios hace que las autoridades tengan las variables más alineadas para unificar y definir un régimen cambiario.
Cepo sin brecha por más tiempo
Sin embargo, el mercado no está descontando una salida del cepo inminente. La mayoría de los analistas privados cree que el Gobierno mantendrá el cepo por un tiempo más. Sin embargo, las capas que se fueron quitando ayudan a dar cierto horizonte de normalización.
“No creo que el Gobierno tenga presión ahora para salir. Básicamente porque los tipos de cambio libres se siguen apreciando en términos nominales y reales, en el contexto de relaciones de stocks pesos y dólares que juegan a favor de ese movimiento. La consecuencia es que, eventualmente, el Banco Central podría dejar de acumular reservas, pero no es algo que estemos viendo en estos meses ni tampoco en el corto plazo, hasta la cosecha”, puntualizó Baer.
En LCG, en tanto, se mostraron más conservadores. “Frente a renovadas presiones para levantar el cepo en estas circunstancias, volvemos a afirmar que, con reservas todavía negativas, eliminar toda restricción puede resultar todavía aventurado. Hoy, en esta euforia, parecen ser restricciones no operativas, pero podrían serlo en caso de que el humor de los inversores de activos líquidos cambie”, advirtieron.
“El cepo ciertamente incide en las decisiones de inversión; pero levantarlo no necesariamente estimula esas inversiones latentes. Sólo lo harían si ese levantamiento se concibe como permanente, algo que difícilmente ocurra cuando los stocks de dólares son negativos y los flujos cada vez menos positivos”, completaron los analistas de esa consultora.