A casi cuatro meses de la mudanza, los puesteros que se encontraban en el puerto capitalino y que fueron trasladados al predio del ex hipódromo transitan días de bajas ventas. Uno de los factores es la cuestión climática. Las altas temperaturas provocaron que tengan horarios cortados. Asimismo volvieron a solicitar que el Municipio promocione más el lugar y que realice obras complementarias en el predio.
Mientras avanzan los trabajos en el puerto de la ciudad de Corrientes, los 56 puesteros que fueron trasladados a la carpa de la avenida Pomar transitan altibajos en las ventas.

Algunos además deben realizar otros trabajos para llegar a fin de mes.
Uno de los factores es la falta de promoción de la nueva zona comercial de los tradicionales puesteros que durante más de tres décadas estuvieron en la costanera General San Martín.
El principal factor es el climático. Las altas temperaturas generaron que los puesteros en principio acondicionaran sus puestos para prevenir golpes de calor. Al toldo de la carpa algunos le colocaron chapas de zinc o laminas impermeables para atajar lo que se puede el efecto del sol y el calor.
Pero pese a los trabajos que se hicieron en el interior de las carpas, los trabajadores resolvieron desdoblar los horarios para evitar golpes de calor. De esta manera, la mayoría abre a las 8 y cierra a las 13, luego el horario vespertino es de 17 a 22 de lunes a sábado. Hace tres meses que no atienden los días domingos.
“Tuvimos que fraccionar los horarios de atención por las altas temperaturas. No se justifica la apertura en horario corrido porque la gente todavía no está adecuada al lugar. Necesitamos más difusión para que los vecinos sepan dónde estamos ubicados”, dijo Jorge, uno de los puesteros con mayor antigüedad en el sector.
Infraestructura
Los puesteros solicitaron mejoras en el predio del barrio Hipódromo. Entre algunos de los puntos figura el mejoramiento del enripiado en la zona de estacionamiento, mayor iluminación y seguridad.
Vale recordar que en el mes de enero hubo un intento de robo en los puestos y esto puso en alerta a los trabajadores del sector. “Estamos muy expuestos y nuestras mercaderías son nuestro único capital. No podemos estar con el Jesús en la boca todas las noches, por eso solicitamos mayor seguridad”, expresó otro de los puesteros a este medio.
Ante esta situación, los vendedores decidieron realizar una guardia que va desde las 22 y hasta las 8 de la mañana. “Tuvimos que contratar seguridad privada para que cuiden lo poco que tenemos”, contó Jorge.
En lo que hace al terreno, hay muchas quejas porque el suelo lindero a la carpa cuenta con muchas zonas de tierra.