Boca y su obsesión por la séptima Copa Libertadores, empezará a escribir los capítulos finales de una nueva chance de obtener el logro tan ansiado.
Jorge Almirón es el encargado de gestionar las ansiedades que causa un torneo que Boca conquistó por última vez en 2007 con Juan Román Riquelme como capitán, genio y figura.
El camino del equipo de La Ribera hasta la semifinal llegó tras haberse adjudicado el Grupo F, dejando en el camino en los mata-mata a Nacional de Montevideo y Racing Club, en ambos casos en series de penales.
Palmeiras tiene fresco aún su último bicampeonato de la Libertadores, obtenido en las ediciones 2020 y 2021. Se quedó con el Grupo C y luego eliminó a Atlético Mineiro y a Deportivo Pereira, de Colombia.
Lo cierto es que el ganador de este partido que podría ser una final en sí, jugará la final de la Libertadores 2023 el próximo 4 de noviembre en el estadio Maracaná, en Río de Janeiro, frente al vencedor de la otra semifinal que animarán dos equipos brasileños: Fluminense e Inter.
Después de muchas idas y vueltas, Almirón optó por un esquema clásico -un 442- con Luis Advíncula volviendo a su posición de lateral por derecha, Barco cómo volante por izquierda y su gran apuesta personal: una delantera netamente charrúa, con Cavani y Merentiel.