Presentaran un proyecto de ley denominado Kshamenk, que busca prohibir los espectáculos con animales marinos y la liberación de la orca que vive desde hace 30 años en Mundo Marino. Miles de personas apoyan el proyecto.
Este martes 18 de octubre se presentará en el Congreso de la Nación el proyecto de ley Kshamenk, que busca prohibir y sancionar la organización de espectáculos con animales marinos silvestres en cautiverio en todo el territorio argentino. También incluye la urgente rehabilitación y liberación de la orca Kshamenk, que se encuentra desde hace 30 años en el parque Mundo Marino participando de shows de entretenimiento. De convertirse en ley, tanto Mundo Marino como Aquarium se verían afectados directamente.
Está exceptuado en el proyecto los casos en los que la finalidad única del cautivero “sea la recuperación y rehabilitación para la liberación, introducción, reintroducción o reinserción en hábitats naturales”, o bien, “en caso que ello resulte objetivamente imposible o perjudicial para el individuo, dicho cautiverio sea el mero tránsito para su posterior traslado a santuarios o reservas habilitadas y adecuadas a sus necesidades, intereses y especie”.
La presentación de la ley Kshamenk estará a cargo de la senadora nacional del Frente de Todos, Nora del Valle Giménez y de la agrupación Derechos Animales Marinos (DAM), que reúne más de 28 organizaciones proteccionistas.
Estas organizaciones vienen convocando, desde el año 2015, un petitorio en la plataforma Change.org, con el nombre de “Stop Acuarios”, que ya cuenta con más de 610.000 firmas.
Recientemente, comenzó a circular en las redes sociales información de que la orca estaría con problemas de salud. Respecto a ello, desde Mundo Marino aclararan que dicha información es falsa y que el animal se encuentra en perfectas condiciones.
“A Kshamenk se le realizan controles mensuales como parte de un plan de medicina preventiva. El mismo consiste en análisis de sangre donde se observan más de 32 parámetros diferentes, se realizan muestras de contenido gástrico y del fluido respiratorio donde se analizan 40 parámetros macroscópicos y microscópicos. Todos esos análisis arrojan parámetros normales para una orca de su edad”, aclara Mundo Marino y agrega que “dos veces al año se hacen chequeos oftalmológicos con veterinarios especializados, así como también se realizan controles de la salud bucal a través de radiografías analizadas por veterinarios expertos en la materia. Esos controles también arrojan resultados sobresalientes”.
“Para alcanzar ese nivel de bienestar, Kshamenk tiene un plan nutricional realizado especialmente para él por profesionales en esta especialidad, evaluando no solamente la cantidad sino la calidad nutricional de su alimento. Al mismo tiempo, ese plan está diseñado en base a la época del año, actividad y edad y es monitoreado a diario por veterinarios y cuidadores”, explica Mundo Marino.
Además, detalla “el equipo de veterinarios está formado por 4 profesionales de manera permanente y un grupo de 7 asesores nacionales e internacionales para diferentes especialidades. El equipo de cuidadores está conformado por 8 profesionales que desarrollan actividades de enriquecimiento ambiental, que consisten en propuestas, estímulos y juegos que garantizan el bienestar integral de Kshamenk e incentivan conductas propias de su especie. Para eso recurren a distintos tipos de actividades: cognitivas, alimenticias, sociales y sensoriales. Cada animal tiene una tendencia o predilección a determinadas actividades según su personalidad. Por ejemplo, Kshamenk es una orca muy curiosa y creativa, por lo que le gustan las propuestas que implican algún tipo de desafío complejo para resolver” y agrega que todas las tareas relacionadas sobre su bienestar “son monitoreadas, controladas y aprobadas por los organismos responsables del Estado provincial y nacional”.
Con respecto a porque no debe ser reinsertado Mundo Marino afirma “La posibilidad de reinserción de cetáceos depende de las características y condiciones en que se halla el animal en el momento de la rehabilitación. Los animales varados, sin problemas serios de salud, pueden recibir rápidos cuidados en el lugar de varamiento y luego ser liberados, o tener breves permanencias en centros de rehabilitación, como el caso previamente mencionado de Tuki. Sin embargo, en los casos donde se hace necesario un tratamiento prolongado por enfermedad, por heridas profundas o por excesiva exposición al aire y al sol se suele internar al animal y éste debe acostumbrarse al cuidado humano. Cuando eso ocurre, la probabilidad que tiene el animal de sobrevivir a una reinserción es bajísima y no existen en el mundo casos de éxito registrados científicamente. Además, la reintroducción de animales que han tenido tratamientos largos implica la posibilidad de transmisión de múltiples enfermedades hacia los ejemplares y poblaciones silvestres”.
Mundo Marino aclara también que “En el caso particular de Kshamenk, él ha vivido muchos años bajo atención humana. Las orcas son animales que viven en grandes grupos sociales de una jerarquía compleja. Las comunidades de orcas cazan, se alimentan y se defienden juntas. Adaptar a esa dinámica a Kshamenk sería imposible, porque no sólo dependería de él, sino de que un grupo lo aceptara. Cualquiera de las dos variables que fallara (y lo más probable es que fallen ambas), implicaría su muerte. En segundo lugar, no sabría cazar. Se estima que Kshamenk fue rescatado con aproximadamente tres años, periodo en el que las crías aún son muy dependientes de su grupo social y están en pleno aprendizaje para saber vivir por sí mismos”.