Con las entrevistas realizadas a don Quico, a su cuñado Blas y a un joven pescador llamado Milton, se buscó comprender en qué consiste la actividad en sí misma, su cotidianeidad y que se haga manifiesto el valor que el oficio tiene para estos trabajadores del río Paraná.
La investigadora Agostina Serial publicó en una revista científica su estudio basado en la comunidad pesquera de la localidad de Bella Vista (Corrientes), con el objetivo de identificar, caracterizar e interpretar su relevancia en términos de manifestaciones culturales.
Para Serial, las características de la producción familiar pesquera, tal como se manifiestan en las representaciones que los pescadores poseen sobre su propia actividad y su modo de producción, requieren observar y analizar sus relaciones entre colegas, el conocimiento en tanto patrimonio familiar y oficio cultural, es decir, la pesca como “modo de vida”. Por esto, propuso que su estudio puede arrojar datos relevantes no solo para investigaciones en ciencias sociales, sino que puede ser de utilidad para quienes se dedican a la gestión patrimonial.
El oficio del pescador sufre actualmente una deslegitimación de sus conocimientos, de acuerdo con la publicación de Serial, porque la falta del reconocimiento de sus prácticas y sus saberes prácticos resultan excluidos de los sistemas escolares. “Englobar las experiencias y saberes que se forjan a través de la participación activa de sus miembros es una manera de salvaguardar conocimientos propios que en estos contextos no son valorados a los ojos de los saberes considerados científicamente legítimos”, señaló.
“Para los miembros de la comunidad de pescadores de Bella Vista, sus acciones muchas veces no son evidentes, están ligadas a una reproducción heredada de conocimientos y prácticas productivas que colaboran en la generación y mantenimiento de un identitario positivo hacia adentro de las comunidades y hacia afuera de las mismas”, agregó la licenciada en Ciencias de la Educación.
Bella Vista
En este caso específico, la comunidad de pescadores de la ciudad de Bella Vista se ubica a 138 km de la capital de la provincia de Corrientes. A modo de caracterización, Serial resaltó que hay un importante aliento a la actividad turística relacionada con propuestas en la ribera del río Paraná, como concursos de pesca variada embarcada con devolución que llevan 17 años de promoción.
La pesca comercial-artesanal es desarrollada por más de 100 embarcaciones de grupos familiares que se turnan en su uso y que sostienen esta actividad. Estos grupos familiares se dedican a la pesca y a otras actividades afines como la carpintería y la elaboración de redes, además de la venta y comercialización del producto, tarea asumida por las mujeres.
Sus viviendas se encuentran ubicadas a orillas del río, a unos 25 minutos del centro de la ciudad, y se los identifica como barrio Piscicultura, haciendo referencia al espacio donde se encontraba un laboratorio y una pileta creada en los años 80 para el estudio y criadero de ciertas especies ícticas. Este proyecto se mantuvo sólo unos años y algunos pescadores participaron en él.
“Mi vinculación con la comunidad pesquera no fue directa, pero debo aclarar que tengo como factor facilitador ser oriunda de la ciudad y que logré contactar con personas ligadas a algunos pescadores por haber compartido jornadas de pesca y que, mediante este contacto, pasaron a ser informantes clave en las entrevistas y visitas”, detalló la investigadora.
“A partir del contacto de una persona que conocía el barrio, pude concretar la primera entrevista con un pescador referente para la comunidad. Este pescador también colaboró en determinar y concertar cita con otros colegas. Las entrevistas se desarrollaron en la casa de cada familia, usualmente por la mañana, los fines de semana, días en que tenían prohibida la salida al río por la veda estricta”, dijo Serial, quien desarrolla este estudio como parte de su beca de perfeccionamiento en la Universidad Nacional del Nordeste (Unne).
Con las entrevistas realizadas a don Quico, a su cuñado Blas y a un joven pescador llamado Milton, se buscaba comprender en qué consiste la actividad en sí misma, su cotidianeidad y que se haga manifiesto el valor que el oficio tiene para estos trabajadores del río, que si bien ellos acuerdan que su vinculación estuvo dada inicialmente por falta de otras oportunidades y haber recurrido al oficio por necesidad, eso no quita la carga afectiva al defender su oficio en situaciones como las descritas por los pescadores.
La investigación fue publicada en la última edición de la revista De Prácticas y Discursos. Cuadernos de Ciencias Sociales, editada por profesionales de la Unne.
Identidad y cultura
Serial propuso abordar al río como territorio vertebrador de la producción de un conocimiento especializado, pues los saberes que se observan, se generan en diálogo con lo que sucede afuera y adentro de la embarcación. Los actores que participan son varios: comúnmente el hombre que pesca, el joven que acompaña y la mujer que recibe y organiza económicamente la producción.
De esta manera, se hace necesario el estudio y reconocimiento de estos ámbitos como esferas de construcción de procesos de transmisión de saberes, entendiéndolos como experiencias formativas para el oficio en las que se gestan y se (re)construyen identidades culturales.
La identidad y la cultura son dos conceptos vinculantes e importantes para esta investigación, en la que las prácticas culturales que distinguen a las comunidades pesqueras por sus valores, creencias, formas organizacionales y relacionales inciden en la construcción y reproducción de identidad arraigada en su sentido de pertenencia al territorio ribereño y a la pesca.
Esto habilitó a la investigadora a pensar que las comunidades de pescadores de nuestra región, además de sus particularidades en el oficio, comparten con otros colectivos la cultura fluvial, y que la misma tiene un espesor cultural mucho más antiguo y extenso.
La importancia de lograr descripciones densas de estas formas de vivir en un territorio de humedal reside en valorizar saberes específicos disponibles en las comunidades de práctica, hasta ahora poco privilegiados en los estudios académicos locales. Estos conocimientos y prácticas específicas no sólo forman parte de su oficio, sino que hacen parte de un conjunto de elementos culturales regionales, específicamente relacionadas con las poblaciones ribereñas de la región nordeste de Argentina.
“Entiendo por cultura ribereña al conjunto de conocimientos, valores y significados transversales que permean y trascienden las esferas laboral, económica, organizacional y territorial, se trata de contenidos culturales específicos que se elaboran, conservan, validan y transfieren en las comunidades que viven en-del río”, concluyó la investigadora.