Debido a la imposibilidad de evacuar las aguas servidas, desde los desagües de la ciudad emana un hedor muy penetrante, lo que ocasionó múltiples quejas de los vecinos al no poder soportar semejante hediondez saliendo de las cloacas.
La ciudad de Corrientes sufre las consecuencias de la creciente del río Paraná, en lo que respecta a los barrios ribereños de la capital. A pesar de no ser mucha la cantidad de evacuados, ya que la gente no se quiere retirar de sus hogares pese al avance de las aguas por robos, este tipo de eventos naturales acarrea un sinfín de inconvenientes, no solamente para esas personas que sufren la desdicha de la crecida, sino que los efectos secundarios afecta a toda la población.
Cabe recordar que la ciudad de Corrientes no recibía semejante cantidad de agua hace aproximadamente ocho años, cuando se registró la última gran creciente del Paraná en nuestras costas, pero en esa oportunidad hubo una mayor cantidad de evacuados.
Pero la creciente no solamente complica a las zonas ribereñas, que son las que están sufriendo en este momento los más de siete metros que está midiendo actualmente el río a la altura del puerto de Corrientes, ya que en varios sectores de la ciudad se puede percibir un penetrante olor nauseabundo como consecuencia de la obstrucción de los principales desagües de la ciudad.
Esto no quiere decir que los mismos se encuentren tapados por basura, sino que solamente no pueden evacuar la gran cantidad de agua que hay por la creciente del Paraná, lo que implica el no poder escurrir las aguas servidas por la vertiente natural que desemboca en el Paraná.

Esta complicación hace que lugares como el piletón del parque Camba Cuá, uno de los lugares recreativos más concurridos por los capitalinos, no pueda evacuar el agua hace algo más de una semana, hace que diferentes actividades que se planean cada fin de semana en dicho espacio tengan que ser suspendidas o reprogramadas.
Nada tiene que ver este olor con posibles drenajes obstruidos en la ciudad, ya que el Plan Hídrico pudo hacer que el agua caída por las lluvias en la ciudad pueda ser drenada rápidamente, pero en este caso no se puede si la represa más grande de Argentina, como lo es Yacyretá, decide abrir sus compuertas y lo que pasa luego ya lo conocemos porque con la naturaleza, en especial con el agua, solo queda quitarse del camino.
Pero retomando el tema de los fuertes olores, varios sectores de la ciudad, no solamente céntricos sino también en el área periférica, reportaron emanaciones nauseabundas, lo que provocó el malestar de los vecinos, quienes hacían visible su molestia en las redes sociales y que tiene como consecuencia el fenómeno que inundó la ciudad.
Los reclamos se hicieron más evidentes en el nuevo método que tiene la gente para quejarse como lo son las redes sociales, por el olor generado por la descomposición de materiales orgánicos (heces) que se generaron con la crecida del río que no la deja evacuar hasta su desembocadura al río Paraná.
