El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, se reunió con una delegación rusa para analizar la posible instalación de una “zona de protección” alrededor de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, controlada por Rusia desde marzo, poco después de la invasión a Ucrania.
“Grossi se reunió en Estambul con una delegación rusa encabezada por el jefe de Rosatom, Alexei Lijachev” y acordaron “mantener consultas sobre aspectos operativos relacionados con la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia”, informó el OIEA a través de su cuenta de Twitter.
Agregó que entre los principales desafíos está el “establecer de manera urgente una zona de protección y seguridad nuclear” en torno a la central, la más grande Europa, ubicada en la provincia de Zaporiyia, anexada en septiembre por Rusia.
Por su parte, el jefe de la operadora nuclear rusa Rosatom dijo que mantuvo una charla “franca y concentrada” con Grossi, en la que “se debatió detalladamente la situación” de la central, así como el papel de la misión del OIEA en garantizar la seguridad del lugar, informó la agencia de noticias Sputnik.
Asimismo, destacó la reacción operativa del OIEA tras los ataques a la central el 20 de noviembre y señaló que “las partes acordaron seguir cooperando”.
Acusaciones cruzadas
Desde hace meses, Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de bombardear las instalaciones de la central.
El pasado 1 de septiembre, una misión del OIEA encabezada por Grossi llegó a esta central nuclear y tras la visita el organismo publicó un informe confirmando los bombardeos contra la planta.
A finales de octubre, Grossi pidió acelerar el proceso de creación de una zona de seguridad en torno a la planta, al indicar que, cualesquiera que fueran los objetivos de las partes beligerantes en Ucrania, no se puede bombardear una central nuclear.
Los seis reactores de la planta están apagados, para minimizar el riesgo de su exposición al conflicto armado en curso.