El presidente ruso dijo que el acuerdo dependerá de si su ejército logra expulsar por completo a las fuerzas ucranianas de la región rusa de Kursk.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo estar “a favor” de una tregua de 30 días con Ucrania, pero con “matices”y alertó sobre “problemas serios”.
El mandatarioagregó que Rusia tiene que hablar con EE.UU. y no descartó un llamado “con el presidente (Donald) Trump” para discutir sobre el acuerdo, que ya fue aceptado por Ucrania.
“Puede ser que el presidente Trump y yo lo hablemos por teléfono y lo discutamos juntos. Pero la idea en sí misma de poner fin al conflicto por medios pacíficos la apoyamos”, señaló.
Al respecto, Putin agradeció a su homólogo estadounidense los esfuerzos para poner fin al conflicto en Ucrania. “Me gustaría comenzar expresando mi gratitud al presidente de Estados Unidos, el señor Trump, por prestar tanta atención a la solución del problema de Ucrania”, dijo Putin.
Además,Putin sostuvo que los “próximos pasos” hacia una tregua dependerán del avance ruso en la región de Kursk, parcialmente ocupada por Ucrania.
“Dependiendo del desarrollo de la situación en el terreno, acordaremos los próximos pasos para poner fin al conflicto y llegar a un acuerdo aceptable para todos”, dijo Putin en una conferencia de prensa en el Kremlin.

Al hablar de los inconvenientes, se preguntó qué será de los soldados ucranianos que combaten aún en Kursk.
“¿Todos los que están allí van a salir sin combatir? ¿Les debemos dejar marcharse después de que hayan cometido numerosos crímenes contra la población civil? ¿O los dirigentes ucranianos les ordenarán deponer las armas y rendirse? ¿Cómo lo haremos? No se entiende”, dijo.
También opinó lo mismo sobre los dos mil kilómetros de frente en territorio ucraniano, donde -aseguró- las tropas rusas avanzan en casi todos los sectores y tiene opciones de rodear a grandes unidades enemigas.
“¿Cómo se van a utilizar esos 30 días? ¿Para que Ucrania continúe la movilización forzosa? ¿Para que allí desplieguen armas?”, señaló.
Putin, quien viajó la víspera a Kursk, también cuestionó quién se encargará del control y la verificación del cese de las hostilidades y de que el enemigo no lo aproveche para reagruparse.
“¿Cómo se nos garantizará que nada de eso ocurrirá? ¿Cómo se organizará el control?”, señaló.