La suba del ritmo de aumento de los precios de los últimos tres años consiguió algo inédito en ese período en el circuito marginal
Mucho se habló en los últimos meses del constante atraso cambiario por una devaluación regulada desde el Banco Central que corre a un ritmo muy inferior al de la inflación. Y si bien es cierto que en este año el dólar libre avanza a un ritmo mucho más lento que el resto de los precios en general, el billete en el mercado paralelo conservaba una ventaja por el terreno ganado desde finales de 2019 hasta septiembre de 2022.
Esta ventaja se revirtió en las últimas semanas. Con una inflación que promedió más de 6% mensual a partir de marzo pasado, el dólar libre pasó a ser una inversión perdedora para aquellos ahorristas que se refugiaron en el billete con el regreso de un riguroso control de capitales.
Para ponerlo en números, si se toma el inicio del “cepo” el 28 de octubre de 2019 con cupo mensual de USD 200 para la demanda minorista, con un dólar libre de $75,50, debería costar unos $294 en base a una inflación acumulada de 290% desde noviembre de 2019 inclusive, al estimar en este cálculo una inflación de 5% en este mes de octubre en curso. El viernes último se pagaba a 290 pesos.
La economía argentina transita una difícil coyuntura en medio de una alta inflación, que podría superar el 100% este año, según el consenso del mercado, y crecientes trabas en el mercado de cambios para preservar las reducidas reservas del BCRA. El mercado ahora aguarda el anuncio de medidas que tiendan a mantener el equilibrio de las cuentas públicas y externas en un trimestre con menores liquidaciones del sector agropecuario.
“El problema es el cepo, este control cambiario que se ha impuesto en la Argentina, que es el que genera la escasez de dólares”, comentó Aldo Abram, director ejecutivo Fundación Libertad y Progreso. ”Gracias a la suba de los precios internacionales de la que nos hemos visto beneficiados éste es el Gobierno que más dólares le liquidó al campo de todo este siglo”, afirmó.
”Las inconsistencias macroeconómicas se mantienen y más allá de haber superado la implosión del mercado de pesos y la disparada de la brecha cambiaria, la incertidumbre sobre que va a pasar en los próximos meses sigue en pie”, dijo Lucio Garay Méndez, economista de EcoGo. ”El mercado sigue esperando una devaluación en el corto plazo, el Gobierno sigue desdoblando y creando nuevos tipos de cambio que solo sirven para comprar un poco más de tiempo”, destacó.
Otra variable útil para estimar un precio teórico del dólar libre es el de la circulación monetaria, compuesto por los billetes y monedas en poder del público más dinero en cuentas a la vista, que funge como efectivo gracias a la extensión de los medios de pago electrónicos a partir de la crisis sanitaria.
La circulación monetaria acumula un incremento de 250,4% desde el “súper cepo” de USD 200 mensuales a partir del 28 de octubre de 2019, desde los $923.500 millones a los $3,24 billones del 18 de octubre pasado. Según esta base, el dólar libre debería costar unos $264 de haber aumentado en las misma proporción del dinero en circulación. No obstante, en ese período el “blue” subió por encima de esa tasa, un 285 por ciento.
En base a esto, también se puede interpretar que la inflación también se está escapando de su fundamento monetario, pues la historia refleja que la inflación acumulada coincide tarde o temprano con la expansión monetaria. Por lo general el crecimiento de la cantidad de dinero precede y se anticipa a la remarcación de los precios; ahora es al revés, la inflación aventaja por más de 30 puntos al crecimiento del circulante, un 290% contra un 254% desde noviembre de 2019.
“Creemos que las expectativas de inflación de cortísimo plazo se mantendrán prácticamente en los niveles actuales. Por ende, la inflación en 2022 ya está jugada a rondar el 100%, por lo que sobrepasaría este umbral por primera vez desde el inicio de la Convertibilidad. Mirando hacia 2023, nuestro view es que los analistas eleven su expectativa anual por encima de la de 2022, denotando que el fenómeno inflacionario seguirá acelerando hasta, eventualmente, toparse con un plan de estabilización. Sobre este punto clave, a pesar de los trascendidos periodísticos que hablan de un inminente plan, somos escépticos de su implementación dada la baja credibilidad y la cercanía con el período electoral”, aportaron los analistas de Portfolio Personal Inversiones.
También se atrasa el dólar oficial
En 2022 se da un fenómeno singular si se tiene en cuenta que hay “cepo” cambiario, pues el dólar mayorista, con regulación del Banco Central, se encareció mucho más que el dólar libre; un 50% contra un 40 por ciento. Sin embargo esa suba sigue “corriendo de atrás” a la inflación.
”Cuando dicen que no hay devaluación, en realidad no hay un salto brusco del tipo de cambio oficial, pero la suba está corriendo a un ritmo de más de 6% mensual. A pesar de eso, el tipo de cambio oficial ajustado por inflación y teniendo en cuenta qué pasa con el dólar en el mundo, sigue atrasado y no alcanza”, afirmó María Castiglioni, economista de CyT Asesores Económicos.