Vaca Muerta, garantías comerciales y moneda común: el Gobierno inicia la agenda de negociaciones con Brasil

Una delegación del ministerio de Economía viajará en la primera semana de febrero al vecino país para los primeros encuentros técnicos. Buscan un esquema para extender a un año el pago de importaciones desde el principal socio comercial

Una delegación del Ministerio de Economía viajará en la primera semana de febrero a Brasil para iniciar reuniones técnicas con los funcionarios del Planalto para abordar los tres ejes que enumeraron este lunes los ministros Sergio Massa Fernando Haddad para la relación bilateral comercial.

En ese menú aparecen la extensión del gasoducto para que la Argentina pueda venderle gas de Vaca Muerta a Brasil, una mejora en el ya existente pero no utilizado sistema de pago para que importaciones y exportaciones de un lado y otro de la frontera sean pagados y cobrados en monedas locales, y la discusión, más a largo plazo y con menos peso de la urgencia, sobre una moneda común para el intercambio comercial regional.

De ese listado, los dos primeros elementos asoman como los de concreción más cercana en el tiempo. En primer lugar, Massa anunció que en un plazo de entre 60 y 90 días el Gobierno iniciará el proceso de licitación del segundo tramo del gasoducto Néstor Kirchner, que en este caso unirá la localidad bonaerense de Salliqueló con San Jerónimo, en Santa Fe.

Así, acercará un poco más el fluido de gas de la cuenca neuquina a la frontera con Brasil, y según Massa “prepara el terreno para abastecer de gas” al vecino país. Para llegar a esa meta, harán falta otras obras adicionales. Una que conecte al gasoducto de Vaca Muerta con el paso de gas de Uruguaiana.

Para el tramo Salliqueló-San Jerónimo el Gobierno tiene “preacordado” un crédito de la CAF de USD 520 millones y, sin mayores detalles, que también tiene una parte convenida con financiamiento privado. Para esa obra, BNDES brasileño financiará la fabricación de caños por parte de una empresa de Brasil, que así podrá presentar una oferta en la licitación con precios más competitivos y no perder terreno con propuestas chinas.

“El financiamiento del BNDES propuesto para el segundo tramo del Gasoducto Nestor Kirchner, el financiamiento de caños que se producen en Brasil y representan aproximadamente 820 millones de dólares. El programa de tasa, plazo y garantía está en este momento en discusión entre el BNDES y Enarsa”, dijo Massa. Ese será el contenido de una de las reuniones que sostendrán los equipos técnicos en los primeros días de febrero en Brasilia.

La segunda tiene que ver con un reajuste en un sistema de pago de comercio bilateral que actualmente tiene vigencia desde hace casi 15 años pero que no tiene funcionamiento en términos prácticos entre las compañías que importan bienes e insumos desde Brasil. Se trata del sistema de monedas locales (SML), reglamentado por el Banco Central.

Tal como explicó Infobae, ese esquema existente tiene un sistema de arbitraje que se extiende a 30 días, pero la iniciativa que acordaron los dos países implicaría extenderla hasta los 366 días. Por distintos motivos no terminó de despegar y su utilización promedió el 5% de las ventas realizadas desde Brasil hacia la Argentina. De esta forma, el Banco Central evitaría tener que girar divisas por esas operaciones hasta un año después del pago efectivamente realizado, lo que implicaría un uso menor de reservas.

Uno de los puntos firmados del acuerdo de integración habla específicamente sobre este punto. “En materia de integración financiera y productiva, coincidieron en avanzar hacia una profundización de la relación bilateral con instrumentos que aumenten y faciliten el comercio sin obstáculos, a través de la ampliación del uso del sistema de moneda local (SML), incorporando el comercio de servicios y la implementación de líneas de crédito en reales para dinamizar el comercio bilateral y facilitar los flujos financieros en el sistema, aumentando la previsibilidad de las transacciones”.

La segunda semana de febrero también será con reuniones técnicas en la capital brasileña, pero estará integrada por funcionarios de los bancos centrales. La discusión, en esa instancia, será más de largo plazo, sobre la posibilidad técnica, con todos asteriscos que Massa y Haddad mencionaron, de poner en marcha una moneda común que no reemplace al peso ni al real pero sí que les sirva como unidad de cuenta para el intercambio bilateral.

Entre esos asteriscos aparece, por ejemplo, la diferencia de tamaños de los Productos Brutos de cada economía. Pero también habrá un camino de largo plazo que el Estado argentino debería recorrer, según mencionó el ministro argentino. Para que una moneda común de esas características sea viable, la economía argentina deberá haber recorrido de manera previa “un sendero de mas orden fiscal y de acumulación de reservas”.

El papel firmado entre los dos Gobiernos menciona que la Casa Rosada y el Planalto “acordaron iniciar estudios técnicos, incluyendo a los países de la región, sobre mecanismos para profundizar la integración financiera y mitigar la escasez temporaria de divisas, incluyendo mecanismos a cargo de bancos centrales. Compartieron también la intención de crear una moneda de circulación sudamericana en el largo plazo, con miras a potenciar el comercio y la integración productiva regional y aumentar la resiliencia a shocks internacionales”.

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