(Corresponsalia Buenos Aires) – En una histórica manifestación que congregó a miles de personas en Plaza de Mayo este domingo 24 de marzo, se leyó públicamente un documento por parte del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. El evento conmemoró los 48 años del golpe militar de 1976, recordando y reafirmando la lucha por los derechos humanos en Argentina.

El documento, emitido por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, un espacio independiente de cualquier gobierno y del Estado, enfatizó la cifra de los 30.000 desaparecidos durante la dictadura militar y reiteró la categorización de esos crímenes como genocidio. Además, se repudiaron enérgicamente los recientes ataques y amenazas de muerte contra activistas de derechos humanos, así como los discursos de odio que parecen habilitar tales actos.

El texto también destacó el accionar represivo del Estado previo al golpe, mencionando la violencia ejercida por grupos como la Triple A y la CNU, así como el Operativo Independencia. Se recordaron los horrores cometidos durante la dictadura, incluyendo desapariciones forzadas, asesinatos, robo de bebés, torturas y censura, entre otros.
La lucha incansable de las Madres de Plaza de Mayo y el movimiento popular fue resaltada como un factor determinante en la lucha contra la impunidad, que finalmente llevó a la anulación de leyes de amnistía y la reapertura de juicios contra represores. A pesar de los avances, se enfatizó la importancia de seguir exigiendo verdad y justicia, así como el castigo a todos los responsables de crímenes de lesa humanidad.
Además de las demandas relacionadas con la memoria histórica, el documento abordó una serie de problemas actuales, desde la falta de transparencia en los archivos de la represión hasta la situación de los nietos apropiados durante la dictadura. Se exigieron políticas más efectivas para garantizar la identidad de estas personas y acelerar los procesos judiciales pendientes.
Asimismo, se denunciaron diversas formas de represión y violencia estatal en la actualidad, incluyendo la criminalización de la protesta social y la militarización de ciertas regiones del país. Se instó a desmantelar todo el aparato represivo y a luchar contra las políticas de ajuste y entrega impulsadas por el gobierno.
El documento también criticó duramente al ultraderechista Milei y sus aliados, acusándolos de negar los crímenes de la dictadura y de atacar sistemáticamente los derechos sociales, laborales, ambientales y democráticos. Se destacó la necesidad de unir todas las luchas populares en un frente común contra estas políticas regresivas.
En un llamado a la acción, se convocó a seguir movilizándose y organizándose en la calle, en unidad con todas las fuerzas progresistas y de izquierda, en pos de la liberación nacional y social. La consigna final fue clara: recordar, resistir y seguir luchando hasta lograr justicia y transformación social.