(Pablo Roma, Gremiales) – Tras el revés judicial, la iniciativa llegaría al Congreso tras el intento hasta ahora fallido del presidente Milei de implementar la reforma laboral por DNU, pero la Central Obrera profundiza sus acciones y medidas de resistencia.
La Confederación General del Trabajo (CGT) se prepara para una nueva ofensiva en su lucha contra la Ley Ómnibus, luego del cese de tareas de 12 horas y la movilización del pasado 24 de enero. La aprobación en general de la controvertida ley por parte de la Cámara de Diputados ha llevado al consejo directivo de la CGT a mantener una reunión la próxima semana para determinar el curso de acción a seguir.
Después del éxito judicial que revirtió la reforma laboral impuesta en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de Javier Milei, los líderes sindicales se han enfocado en fortalecer la unidad entre los distintos sectores y Confederaciones en preparación para futuras acciones. Los violentos incidentes alrededor del Congreso fueron condenados enérgicamente por la central sindical, que denunció un “modelo de ajuste, represión y violencia”, reafirmando su estado de alerta y movilización anunciado con el lanzamiento del plan de lucha.
Pablo Moyano, uno de los cotitulares de la CGT, adelantó que en el próximo cónclave del consejo directivo se analizará cómo continuar, y no descartó la posibilidad de otro paro, una movilización a Plaza de Mayo, o ambas cosas simultáneamente. Moyano enfatizó que la central sindical “no se quedará de brazos cruzados” y destacó la unidad interna de la CGT.
Además, Moyano señaló que ya se percibe un clima de conflictividad en algunas actividades debido a la falta de aumentos salariales y despidos. Pronosticó un aumento en la conflictividad social entre marzo y abril, vinculado a los incrementos en las cuotas escolares, prepagas y alimentos, entre otros rubros.
El dirigente sindical criticó tanto al Gobierno como al peronismo, destacando la preocupación por las acciones de Javier Milei y cuestionando la postura de los gobernadores peronistas. Moyano advirtió sobre las consecuencias del modelo económico actual y la posibilidad de un aumento en la conflictividad social si no se toman medidas.
A pesar del paro anterior, algunos dirigentes esperaban un acercamiento por parte del Gobierno, pero hasta ahora no se ha materializado. Aunque el ministro del Interior, Guillermo Francos, mantiene contactos con referentes sindicales, no se ha logrado organizar un encuentro formal.
La llegada de Daniel Scioli al gobierno generó esperanzas en ciertos sectores del sindicalismo, pero por ahora, no se ha producido ningún contacto formal. La secretaria de la Presidencia, Karina Milei, ha frenado las tratativas entre Francos y los sindicalistas, complicando cualquier discusión sobre la actualización de los convenios colectivos de trabajo.
Por otro lado, Luis Barrionuevo insiste en la necesidad de profundizar las medidas de fuerza contra el gobierno de Javier Milei, considerándolo “con el boleto picado” y descartando la posibilidad de recomponer la relación.
Más allá del plan de lucha, tanto la CGT como la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores insistirán en la convocatoria urgente al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil. El sueldo mínimo, congelado desde diciembre, ha perdido poder adquisitivo frente a la inflación. La falta de actualización afecta a un amplio sector de la masa laboral y también impacta en programas como el Potenciar Trabajo y el seguro de desempleo.
En conclusión, la CGT se encuentra en un momento crucial, evaluando sus próximos pasos en medio de la intensificación de la lucha contra la Ley Ómnibus y las condiciones laborales en Argentina. El escenario político y económico, marcado por la presencia de Javier Milei y los cambios en la estructura gubernamental, promete seguir generando tensiones en el ámbito sindical.