(Pablo Roma, Gremiales) – La reciente decisión de disolver la AFIP y crear una nueva entidad recaudadora, denominada ARCA, ha generado una fuerte respuesta de sus trabajadores, quienes han decidido recurrir a la justicia para frenar lo que consideran una medida arbitraria y precipitada que vulnera sus derechos. Este sector ha señalado que los cambios estructurales impulsados sin un debate adecuado no solo alteran el sistema de recaudación, sino que también afectan a quienes han desarrollado su carrera profesional en la institución.
La medida, que plantea un regreso a una estructura de recaudación anterior a la década de los ‘90, ha generado inquietud en la administración tributaria, que hoy cuenta con personal altamente calificado en áreas específicas. Según sus trabajadores, los criterios de contratación y formación en la AFIP son estrictos, y la profesionalización alcanzada ha sido clave en la recaudación y en el sostenimiento de servicios públicos como la educación, salud y seguridad.
Mientras tanto, el clima de hostilidad hacia los empleados de la AFIP ha escalado con el uso de redes sociales y escraches públicos, una táctica que, si bien tuvo predecesores en otros movimientos políticos, ahora es adoptada por ciertos sectores para desacreditar la imagen del organismo y sus empleados. Esta campaña de desprestigio ha impactado profundamente en el personal, con manifestaciones de acoso que incluyen envíos de coronas y símbolos de luto a las oficinas de la AFIP. Tristemente, el jueves pasado se reportó un incidente en el que un trabajador de la agencia recaudatoria intentó quitarse la vida, presuntamente afectado por una situación laboral y emocional crítica.
El episodio, que dejó al trabajador hospitalizado, se convirtió en un llamado de atención sobre las consecuencias del hostigamiento que han sufrido los empleados de la entidad. Sin embargo, el acoso no ha disminuido, y los sectores que promueven estos cambios mantienen su postura, sin detenerse en el efecto que el conflicto está teniendo sobre los trabajadores de la AFIP, quienes en última instancia solo cumplen con su deber en un sistema recaudador indispensable para el sostenimiento del país.
La disputa se encamina a ser resuelta en los tribunales, y se anticipa que el conflicto podría alcanzar instancias superiores si no se logra un acuerdo. En tanto, los empleados de la AFIP han decidido plantarse en defensa de sus derechos y de la estabilidad del organismo, advirtiendo que las reformas deberán hacerse en un marco de respeto y diálogo para evitar profundizar la crisis.