Trabajadores de prensa del Grupo Clarín repudiaron el viaje a Lago Escondido.

“Ante los recientes hechos de público conocimiento desde la Comisión Interna de Clarín/AGEA nos vemos en la obligación de volver a aclarar algo elemental: quienes trabajamos en Clarín no somos la empresa”, planteron los delegados enrolados en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).

La Comisión Interna de trabajadores de Clarín/AGEA manifestó su repudio a que la empresa dirija fondos a “reuniones que son parte de un lobby ilegal y éticamente cuestionable” en respuesta a las filtraciones de un viaje a Lago Escondido que involucra a directivos de ese grupo de comunicación y remarcaron que los trabajadores del medio “no tienen nada que ver con eso”.

“Ante los recientes hechos de público conocimiento desde la Comisión Interna de Clarín/AGEA nos vemos en la obligación de volver a aclarar algo elemental: quienes trabajamos en Clarín no somos la empresa”, señalaron en una publicación en Twitter los delegados sindicales de la empresa, enrolados en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).

De esta forma, los trabajadores manifestaron su rechazo al viaje que habrían realizado en el mes de octubre pasado los directivos del grupo Clarín Pablo Casey, sobrino de Héctor Magnetto y director de Asuntos Legales e Institucionales de Telecom, y Jorge Rendo, director de Asuntos Exteriores del Grupo Clarín junto a funcionarios porteños, magistrados y un exagente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) a una propiedad del magnate inglés Joe Lewis en Lago Escondido, Bariloche.

“Nosotros no tenemos el control sobre las decisiones corporativas, ni mucho menos sobre los activos de una empresa que condena a una mayoría a vivir con salarios por debajo de la línea de la pobreza”, remarcaron los trabajadores.

Desde la comisión consideraron que “es repudiable” que ante la “paupérrima situación salarial” de los trabajadores, el Grupo Clarín “dirija fondos (que deberían ir para pagar sueldos dignos) a financiar gastos onerosos de sus directivos y de jueces y políticos en reuniones que son parte de un lobby ilegal y éticamente cuestionable”.

“Nuestro trabajo y nuestro periodismo nada tienen que ver con eso”, insistieron.

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