Unos 43 perros muertos fueron encontrados el viernes en un terreno baldío de la ciudad brasileña de Boa Vista y las autoridades investigan si fueron descartados por una clínica veterinaria o una empresa encargada de su recolección.
El caso se hizo viral cuando el diputado del estado de Roraima Marcinho Belota (PRTB), un reconocido activista por la causa animal, difundió videos de los perros muertos para que sus dueños pudieran identificarlos.
En las imágenes se pueden ver decenas de perros muertos en el piso. El diputado precisó que “todavía había animales congelados, por eso estamos seguros de que este descarte debe ser de una clínica veterinaria”, indicó.
“Como presidente de la Comisión de defensa y protección de los derechos de los animales, no puedo ver esto y quedarme callado como si nada. Tenemos que buscar quién es el responsable. Si es la empresa que recoge los animales de las clínicas o al revés”, sostuvo en su cuenta de Instagram.
El parlamentario utilizó la tribuna de la Asamblea Legislativa de Roraima este martes (28) para lamentar la forma en que se descartan animales en la región. “Queremos encontrar a los culpables y ciertamente lo haremos”, declaró. .
El Ministerio Público de Roraima (MPRR) abrió una investigación tras el macabro hallazgo y uno de los dueños de las mascotas también presentó una denuncia.
“Nunca me imaginé que mi perro sería tratado como basura”, dijo el hombre que reconoció a su querido perro Koda en las imágenes y luego en una clínica veterinaria donde el diputado había llevado algunos ejemplares para que puedan ser identificados. El pastor suizo blanco murió hace pocos días por problemas de próstata y buitres le habían comido los ojos.
“Ese animalito era una fuente de amor para nuestra familia, pero no lo pensaron, ellos simplemente lo descartaron como si fuera basura”, lamentó.
“No tenía ojos porque eso fue lo único que lograron comerle los buitres, porque como estaba congelado no pudieron perforar su cuerpito, estaba en perfectas condiciones”, explicó el abogado.
Según precisó, había pagado 515 reales a una clínica veterinaria para la cremación de su mascota. Después de unos días, llamó para preguntar si podía quedarse con las cenizas de su perro, pero le dijeron que era imposible porque lo iban a cremar junto a otras mascotas.
Según Belota, el descarte masivo de las mascotas infringe las leyes ambientales de Brasil que prevén penas de 1 a 4 años de cárcel o multa a quienes “causen contaminación de cualquier naturaleza en niveles que resulten o puedan resultar en daños a la salud humana o que causen la muerte de animales o la destrucción importante de la flora”.