Futbolero y defensor de los asados con amigos: La historia de Luis, el sacerdote influencer con madre correntina

El cura, Luis Zazano, expresó: “mi mamá es de San Luis del Palmar, se fue a Buenos Aires a vivir y se conoció ahí con mi papá, que es tucumano”.

A su vez, el sacerdote, contó: “en vacaciones de junio voy a Corrientes a visitar a mis tíos, fui hace un mes a dar una charla con la Universidad Católica de Salta, porque soy docente también, tengo una linda relación con Corrientes”.

Asimismo, el cura tucumano sostuvo: “mi idea es romper esquemas, estructuras porque a los curas no nos ven como personas, nos ven como instituciones y los curas somos seres humanos, tenemos problemas, preocupaciones, dolores, alegrías, pero de a poco la sociedad nos va acompañando”.

Y enfatizó: “muchas veces nos ponemos como jueces moralistas y no como evangelizadores, como instructores de la palabra de Dios”.

“Hablo de la palabra de Dios desde lo que me traspasa, desde lo que me genera, desde lo que siento” remarcó.

Al mismo tiempo, sobre las distintas generaciones, el cura influencer, describió: “la generación X son personas estructuradas que se han criado con un proceso de vida rígido, en todos sus aspectos, con ritmo de vida, después están los millenials que son distintos, les gusta disfrutar, no se apegan, trabajan 4 meses en un lugar, juntan palta y se van, y los centennials son personas más apuntadas a lo ecológico, cambió la religión jóvenes- iglesia y jóvenes – sociedad”.

Sobre la reacción de los curas ante su estilo de predicar la palabra de Dios, Luis Zazano, consideró: “yo para llegar al éxito que tengo, tuve que pasar por sacrificios muy grandes, incluso dentro de mí mismo gremio, muchos curas me han criticado, yo soy como soy, me muestro y no me importa que me critiquen”.

Y remarcó: “siempre cuido tres pilares, mi identidad, autenticidad y autoestima, yo soy esto”.   

En ese mismo sentido, Luis Zazano, afirmó: “tuve problemas por tener tanta exposición por ser un cura tan joven, con un obispo, yo no buscaba narcisismo, ni fama, y eso no lo entendía el obispo, yo no buscaba gente para mí sino para Dios”.  

Y señaló: “hago terapia, desde que me recibí de psicólogo, me sirvió para entender cuál es mi camino de vida, para juntarme con gente que sé que me quiere en serio, buscar espacios con amigos”.

Por último, sobre qué opina de la posibilidad de que los curas puedan tener familia o una pareja, el sacerdote tucumano, consideró: “hoy con el estilo de vida que uno lleva, no sé si una mujer me bancaría todo, confesiones, actividades, traslados a cualquier parte del país, no lo veo como un aspecto represivo, sino como una condición”.

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