Sancionaron a un rugbier argentino por un repudiable “regalo” xenófobo

Tras casi un mes de iniciada la demanda, se resolvió que el rugbier Iván Nemer no podrá jugar hasta el 30 de junio de 2023.

El pilar internacional italiano del Treviso Iván Nemer, nacido en Argentina, fue suspendido hasta final de temporada por la Federación Italiana de Rugby (FIR) luego de que una investigación determinara que fue este rugbier quien le regaló una banana podrida en Navidad a un compañero de origen guineano.

Tras esta decisión del tribunal federal, Nemer (24 años, 11 partidos como internacional) quedó suspendido hasta el 30 de junio. El rugbier renunció a recurrir a la FIR para apelar esta sentencia.

El pasado 21 de diciembre, el pilar internacional italiano Cherif Traoré (28 años, 10 partidos como internacional) denunció en su cuenta de Instagram que un día antes había recibido envuelta una banana podrida en un intercambio de regalos que los miembros del equipo realizaron de forma anónima en vísperas de la Navidad pasada.

“No solo es algo impactante, sino que lo que más me dolió fue ver a la mayoría de mis compañeros riendo. Como si fuera normal”, denunció entonces el jugador desde las redes sociales.

“Estoy acostumbrado, o más bien he tenido que acostumbrarme, a poner buena cara cada vez que escucho bromas racistas, pero lo que pasó ayer fue diferente”, afirmó.

Su club, que reiteró en todo momento su “firme condena a toda expresión de racismo”, explicó que todo el plantel y el cuerpo técnico se disculparon ante Traoré.

EL DESCARGO DE IVÁN NEMER TRAS EL REGALO XENÓFOBO

“El racismo no ha tenido ni tendrá nunca ningún papel en mi vida, como no debería tenerlo en la vida de ninguno de nosotros. Lamento profundamente lo sucedido, por la estupidez de mi gesto, por el disgusto causado a un amigo, por haber causado daño a mi equipo, a mis compañeros, al país que represento y al juego que amo.

Vengo de un país multicultural como la Argentina, donde las culturas se mezclan desde hace más de un siglo, y siempre he compartido vestuario y cancha con compañeros y amigos de todo el mundo.

Lo que pasó no me representa, pero al mismo tiempo debe hacerme y hacernos reflexionar sobre cuánto más queda por hacer para cambiar nuestra cultura, superar los estereotipos más descarados, acercarnos aún más de lo que ya se está. sucediendo.

Acepto la descalificación y el proceso de reincorporación con serenidad pero sobre todo confío en que en los próximos meses y años podré contribuir con mi testimonio a concientizar a cada vez más jóvenes rugbiers sobre temas que deben ser abordados y entendido para mejorar no solo nuestro deporte, sino el mundo en el que vivimos”.

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