Tarragó Ros: “Vamos a armar un gran‘baile rezo’ para que lo vea mi padre”

Imagine por un momento cómo sería mirar una gran bailanta desde el cielo, lo más cercano a ello, para Antonio Tarragó Ros, es filmarlo con drones desde las alturas y esta idea será parte de la propuesta que ofrecerá hoy en su show. Y es que la 32° Fiesta Nacional del Chamamé, que tiene hoy su jornada inaugural, también será el puntapié inicial de las celebraciones por el centenario del natalicio de Tarragó Ros.

“Este 2023 vamos a estar, de enero a enero, celebrando los 100 años de su nacimiento, como a él le gustaba en vida, con numerosas parejas bailando al ritmo tarragosero”, expresó su hijo Antonio, en una entrevista con época. A la par, el destacado acordeonista curuzucuateño se preguntó a modo de convite “¿Dónde? En toditos lados. Plateas de los festivales, tribunas, en los grandes eventos y en los hogares, donde sea”, dijo.

El entusiasmo lo gana de mano, a medida que cuenta su proyecto, las ideas le surgen con notable naturalidad: “Vamos a invitar a los bailarines que bajen del escenario como un río de magia, de arte, a bailar con su gente, que propongan que todo el anfiteatro se prepare para bailar”.

Y una idea simple alimentó su creatividad y de la pregunta de “¿cómo nos vería mi pare bailar? A él que le gustaba tanto ver cómo la gente disfrutaba el baile, se me ocurrió que sería como una filmación de drone, desde las alturas, así que lo vamos a probar en Corrientes. Si no sale acá, lo vamos a probar en Cosquín”, comentó el reconocido músico y agregó: “Si esto sucede, lo veremos sonreír”.

Pero fiel a su estilo, todo lo que suceda tiene una razón de ser, un concepto que lo retroalimenta y lo empuja a hacerlo, y esta multitudinaria bailanta tiene como objetivo, además de iniciar la celebración centenaria para recordar durante todo el año al “Rey del chamamé”, mostrar al mundo el “baile rezo” del chamamé. Así enhebra esa idea compartida con el padre Julián Zini, que en su obra “Chamamecero” expresa que “el correntino no baila, reza, sus gestos hablan por él”.

“Bailar chamamé es tan sencillo y maravilloso a la vez, como un rezo, por eso lo denomino ‘baile rezo’, y es lo que va a salvar al chamamé: el baile”, explicó el músico.

El primer homenaje centenario a su padre tendrá hoy esta impronta, entre lo divino y lo popular, la identidad y el fervor, la tradición y la manera de ser de los chamameceros, todo eso resumido en un sagrado y multitudinario baile rezo.

“Son 100 años de mi papá, imaginemos que baile todo el anfiteatro, que tenga su impronta tarragosera, para que lo vea el mundo”, dijo Antonio y añadió: “Es la danza popular más extraordinaria que hay, porque su baile es para enamorarse, para rezar, para recordar, para sentir, mejor que todas las danzas”.

Danza del corazón

El concepto de la danza del chamamé que propone Tarrago Ros, es similar al pensamiento de la búsqueda de lo divino en las cosas simples. Es así que invita a la “Nación chamamecera” a bailar con el sentimiento y no con agregados estilizados.

“Lo que estoy viendo es que si dejamos que lo bailen los bailarines en los escenarios únicamente, va a terminar siendo como el tango, que la gente tiene miedo de bailarlo porque es difícil, el chamamé es fácil porque uno baila como los siente”, dijo Antonio.

A esto profundizó: “El chamamé no es criticable, quien lo baile con el corazón lo va a hacer bien, de eso se trata. Eso quiero instalar y filmar con drones en Corrientes, y si no me sale ahí lo voy a hacer en Cosquín”, dijo.

“Tenemos que ser un ejemplo para el mundo de cómo se baila el chamamé, mostrar qué familiar es, que es un baile de amor y que está lejos de exhibicionismos violentos y de empujones”, comentó Tarrago Ros.

Por último, comentó: “Queremos que explote el anfiteatro, que en todos los rincones el público baile y eso mostrar al mundo. Bailemos todos como podamos, pero que sea sentida”. También declaró: “Queremos mostrar que somos un baile popular, de agarre, no esa danza acrobática, el que quiera ser acróbata que lo sea no hay problema, pero mostremos esta parte linda que tiene nuestra danza. El que baila chamamé, que agarre una guaina o un gaucho y ya está bailando lindo”.

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