Juan Salinas es propietario del matarife “El Quincho”, en la localidad de Tabay. En dialogo con LT7 narró la dura situación que atraviesan como PyMe debido a la competencia desleal que acarrea la comercialización clandestina de carne.
ar detrás de su casa y no comprarle a un matarife o a un frigorífico”, evidenció el comerciante al afirmar que la zona carece de los controles necesarios para garantizar la comercialización de carne en condiciones sanitarias adecuadas.
“Hoy con todo el dolor del mundo, tuve que tirar 1000 kilos porque se quemó producto del frío y aunque no esté en malas condiciones no puedo venderlas. Te da mucha bronca porque uno paga y tiene todo en condiciones y no te dan garantías. Yo tengo frigorífico una vez por semana y ahí tengo que comprar para toda la semana, y hay gente que compra vacas baratas y eso es lo que complica todo. Hoy el abigeato también es una realidad y es algo que complica mucho más la situación”, explicó al hacer referencia que existen casos en los que tanto delincuentes rurales como carniceros hacen acuerdos para conseguir cortes a bajo costo, aún con el riesgo que esto significa para los consumidores.
