La portavoz Gabriela Cerruti afirmó que “a veces los periodistas no son protagonistas” para justificar la medida, inédita desde el retorno de la democracia al país
Los veteranos hombres y mujeres de prensa no recuerdan un hecho semejante, ni aún en los violentos días de diciembre de 2001 o en otras crisis políticas o económicas, desde el retorno de la democracia al país. Por medio de una comunicación de la oficina de la portavoz Gabriela Cerruti, el gobierno de Alberto Fernández dispuso que la sala de periodistas de la Casa Rosada se mantenga cerrada durante la jornada de hoy, en la que el seleccionado nacional de futbol festejará el campeonato mundial obtenido el domingo en Qatar.
“Hola, a todas y todos. Mañana habrá operativos de seguridad en toda la ciudad. Por esa razón, y por directiva de Casa Militar, la Casa Rosada permanecerá cerrada para trabajadoras y trabajadores, incluida la prensa acreditada. Solo se permitirá el ingreso de personal esencial. Nos volvemos a ver el miércoles!”, escribieron desde la oficina de la portavoz, a las 21.30 del lunes y sin aviso previo.
Apenas conocida la noticia, surgieron voces de rechazo a la medida, tanto entre los propios colegas como en dirigentes de la oposición. Cerruti se encargó de defender la decisión, e incluso se permitió contraatacar contra los medios de comunicación.
“Los periodistas pueden cubrir la fiesta en la plaza y en las calles y en cada lugar que el equipo campeón mundial se encuentre con su pueblo. La prioridad del Gobierno hoy es garantizar que ese encuentro sea feliz. Los periodistas, a veces, no son protagonistas.”, escribió Cerruti ante las críticas opositoras al cierre de la sala, que en los últimos años sólo se mantuvo cerrada unas pocas horas durante el velatorio de Diego Maradona, en noviembre de 2020 y por pedido de sus familiares directos. También se desalojó la Casa Rosada por unas horas antes de la llegada allí del presidente ruso Vladimir Putin, quien visitó el país en el contexto de la reunión del g20, en noviembre de 2018.
Al promediar la mañana, la misma portavocería ofreció a los medios una solución intermedia: un “corralito” o espacio para la prensa entre la reja exterior de la Casa Rosada y el vallado de contención para los simpatizantes que lleguen a la Plaza de Mayo. Todo en medio de la incertidumbre por la presencia (o no) del plantel argentino en la Casa de Gobierno luego de su recorrida en bus dese el predio de Ezeiza hasta el Obelisco.